El 16 de noviembre del 2022 entre cinco y siete personas ingresaron a la comisaría de Arroyo Leyes, redujeron al personal y se llevaron las armas reglamentarias en el móvil policial, que a las pocas horas fue abandonado. Por la gravedad del hecho, personal de asuntos internos realizó a los pocos días una serie de allanamientos en donde detuvieron a dos adultos y un menor de edad.

Estos procedimientos fueron anunciados por integrantes del ministerio de Seguridad como un principio de esclarecimiento de la situación. Pero la realidad es que se trataba de tres personas que nada habían tenido que ver con el ataque y que estuvieron presas por una insólita equivocación.

Luis Leguizamón fue el principal damnificado por el tema. El 21 de noviembre personal policial ingresó a su casa en barrio Villa Hipódromo de la capital provincial con una orden de allanamiento. “Llegaron a mi casa, mataron al perro de 3 disparos, rompieron la puerta y entraron al grito de «policía». Yo me levanto sin saber qué pasaba y ahí me empujaron, me pisaron la espalda y veo cómo sacaban a mi hijo de su dormitorio”, relató el hombre en diálogo con De boca en boca (Radio 2).

Mientras los agentes realizaban el allanamiento Luis les aclaró que se trataba de un error y ahí le explicaron que ellos pertenecían a la brigada de Asuntos Internos y que estaban buscando uniformes policiales, dos pistolas, una escopeta, un iPhone, chalecos antibalas y una capucha.

“En un momento mi hija de tres años ve al perro todo ensangrentado en el patio y va corriendo a buscarlo. Yo sufro de hipertensión y me agarra un ataque cuando veo eso. Me internaron y cuando me desperté pedí que me lleven a dónde estaba mi familia”, recordó Luis.

Al llegar al gabinete de identificación los agentes le tomaron las huellas y sacaron fotos. “La policía de Asuntos Internos ahí me dice que me quede tranquilo porque el allanamiento dio negativo. Yo ya estaba tranquilo porque laburo desde los 13 años, no tengo antecedentes. Pero en ese momento entró el jefe y me dijo que la fiscal (Rosana Peresin) dio la orden de que quedemos detenidos”, explicó.

“Ahí empezó todo el calvario porque al otro día nos hicieron una rueda de reconocimiento. Nosotros estábamos haciendo una pileta en Arroyo Leyes pero la fiscal dijo que esa pileta nunca existió y me dijo que tenía antecedentes penales”, señaló entre lágrimas.

Pese a saber que no había participado de ningún hecho ilícito, Luis permaneció dos meses en prisión. “Vi cosas que jamas hubiera querido ver. Me agarraron dos preinfartos en el penal. Hasta pensé en quitarme la vida”, reconoció el hombre.

En simultáneo, su hijo de 17 años también fue detenido y permaneció 15 días en un centro penal juvenil. “Es un chico que nunca había estado detenido, estudia y hace deportes. Él jugaba al rugby, pero ahora no quiere salir de la casa”, añadió.

Finalmente la semana pasada el calvario de Luis empezó a apaciguarse. Tras detectar el error le dictaron la libertad y ahora intenta reconstruir su vida. “Me dijeron que había una persona con mi mismo nombre, pero en mi casa cuando vinieron a allanar me dijeron que había una denuncia anónima. Ahora nadie se acercó a pedirme disculpas", remarcó.

“Todos me dicen que inicie acciones legales. Pero la verdad es que en este momento mi cabeza está con mi señora, mi hija y mi viejita que hace cuatro meses tuvo un ACV. Todo este tiempo la tenían engañada con que me había ido a trabajar afuera”, reconoció el damnificado.

Por todo lo sucedido la salud de Luis se agravó y ahora toma diez pastillas por día. “No puedo dormir bien, siento un ruido y me despierto. Hasta el día de hoy me siento en la mesa y me pongo a llorar solo”, concluyó.