Este Viernes Santo se realizó en el barrio Rucci el tradicional Vía Crucis del Padre Ignacio y como cada año, una multitud realizó una nueva demostración de fe por las calles de Rosario. En esta oportunidad se estima que fueron cerca de 220 mil personas que recorrieron las 14 estaciones y luego escucharon la misa que llevó adelante el referente de la parroquia Nuestra señora de la Natividad.

Antes de comenzar la peregrinación y ante los medios locales, el Padre Ignacio habló en Telenoche (El Tres) y llamó a los fieles a rezar "por la paz y la seguridad de nuestra ciudad, de Argentina y del mundo". "Más que perdonar hay que formar y educar, yo creo que la paz empieza en la casa, en cada familia que educa para vivir en paz", enfatizó.

En ese sentido, remarcó: "El ejemplo hermoso que tienen hoy es la humildad de Jesús para construir en la unidad". "En la quinta estación -continuó- Jesús siendo Dios hecho hombre, no se consideró como poderoso omnipotente, reconoció su debilidad humana y la necesidad de la ayuda de los demás para llevar su cruz".

"Esto significa que cada uno de nosotros debemos reconocemos que somos simples humanos, necesitados de la ayuda de los otros y que nadie puede vivir sin la presencia del otro. Es importante reconocer nuestras limitaciones y ser consciente que sin presencia de los demás no somos nada", agregó Ignacio.

Ana Isla/Rosario3

Con respecto a la masividad del evento, el cura párroco destacó que muchos de los que están presentes son personas que regresan a la parroquia a agradecer. "De alguna forma a través de mi sacerdocio sintieron la fe que conmueve para conectar con Dios y sentir que él está con ellos a través de este vía crucis", sostuvo.

Esto quedó demostrado por los cientos de testimonios que dieron los fieles que participaron del evento. "Siempre en los problemas más difíciles el padre nos ayudó muchísimo. Mi hija había perdido un embarazo y vino a la parroquia. Cuando la vio el Padre, le dijo que se quede tranquila porque iba a volver a quedar embarazada y nacieron las gemelitas que son su testimonio", contó una de las participantes.

En tanto que otra joven habló con Télam y destacó que estaba en el lugar para agradecer: "Es un momento muy importante que compartimos en familia y, más que a pedir, venimos a agradecer por lo que tenemos y por lo que el Padre nos da con su fe".

"Yo vengo a agradecerle el haber salvado a mi hija de 12 años, la traje hecha huesos a recibir su bendición y hoy está sana a sus 36 años gracias a las tareas que el Padre nos ordenó", contó Marta desde su reposera pegada a las vallas del escenario donde más tarde se llevó adelante la última estación del Vía Crucis. "Es un enviado de Dios, las manos de él son las manos de Jesús en la tierra. Lo he visto hacer muchos milagros sin pedir nada a cambio, solamente la fe", enfatizó la mujer.

Ana Isla/Rosario3

Uno de los momentos más fuertes del Vía Crucis se dio en la quinta estación donde Ignacio hizo principal hincapié en el pedido de trabajo para que "todos puedan ser sostén de sus familias". En ese sentido también incluyó en el rezo a las madres que sufren por lo que les sucede a sus hijos y las instó a "no bajar los brazos".

“El Vía Crucis me da mucha fuerza. A veces me siento cansado, pero este viernes tengo un amor grande por parte de ustedes", concluyó Ignacio al que se lo notaba muy emocionado ante el enorme reconocimiento de sus seguidores.