El Concejo Municipal de Rosario confirmó la fecha de apertura de sesiones ordinarias para este jueves a las 12 del mediodía, donde se esperan los lineamientos de la gestión del intendente Pablo Javkin para su nuevo mandato en un comienzo de año con varios frentes críticos para la ciudad, entre la inseguridad, el aumento de costos del transporte y la falta de asistencia social nacional en los sectores más vulnerables.

La inauguración del año legislativo local se iba a dar hace dos semanas, en medio de una escalada de violencia con los dos choferes de taxis asesinados en los días previos, y que continuó con las muertes de un colectivero y un playero. Aquel jueves 7 de marzo, Javkin se preparaba para dar su usual discurso de apertura de sesiones en el Concejo cuando una airada protesta de conductores de taxis cortó la calle 1º de Mayo y caldeó el ambiente con el canto “que se vayan todos, que no quede ni uno solo", reclamando garantías de seguridad a las autoridades políticas para prestar el servicio.

Poco después del comienzo de la protesta, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, salió para dialogar con los taxistas, quienes enardecieron los reclamos y hubo escenas de violencia que obligaron a la concejala a entrar nuevamente al edificio. Fue entonces que el intendente decidió suspender el discurso de apertura de sesiones, y un rato después recibió en su despacho a referentes taxistas, con los que evaluó medidas para reclamar a Seguridad provincial y nacional, que luego decantó en los anuncios de recursos y llegada de fuerzas federales.

Ese mismo jueves había sido conflictivo en el centro rosarino, ya que los taxistas antes se manifestaron frente a la sede del Gobierno provincial con corte de tránsito, quema de gomas y pintadas en la calle, y una marcha de sindicatos y organizaciones sociales se trasladó desde el Palacio de los Leones por Santa Fe hacia la plaza San Martín en adhesión al reclamo.

En los días subsiguientes, lejos de amainar la ola de violencia, se lamentó el atentado en la estación de servicios que terminó con la vida de Bruno Bussanich, y horas después falleció el colectivero de la línea K, Marcos Daloia en el mismo fin de semana. La situación llevó a que se sumaran estacioneros al paro de colectiveros y de taxis, lo que creó un "toque de queda" social en la ciudad el lunes subsiguiente, en que la mayoría de las escuelas no tuvieron clases, y los dispensarios y demás instituciones decidieron no abrir por no haber transporte y por temor de la ciudadanía. 

Luego de haber pasado una semana de la sucesión de ataques en la ciudad, el cuerpo de ediles del Concejo consideró que las condiciones estaban dadas para dar comienzo a las sesiones ordinarias, y es alta la expectativa sobre los lineamientos de la gestión que brindará el intendente Javkin en ese marco.