Alberto Perassi y Alicia Ostri no se dan por vencidos. Un amor entrañable a esa hija perdida cuando apenas atravesada el umbral de la adultez y la convicción de que fue desaparecida y asesinada con un embarazo incipiente en su seno, les da un impulso extraordinario para seguir golpeando puertas: quieren y necesitan sus huesos, exigen cárcel para los responsables y no descansarán hasta lograrlo. Este año viajaron al infierno cuando, después de 7 años y medio de espera del juicio, la Justicia determinó la absolución de todos los imputados por el crimen.

Meses después, apelaron la resolución y obtuvieron un poco de aire: el tribunal de alzada les concedió la condena para Gabriel Strumia y su esposa. Sin embargo, esperan más y es por eso que recurrieron ante la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe para exigir el reconocimiento de la intervención de una “estructura desaparecedora”.

Paula Perassi fue vista con vida por última vez el 18 de septiembre de 2011 en San Lorenzo, donde vivía junto a su pareja y dos hijitos. Tenía 34 años y estaba embarazada, fruto de una relación con Gabriel Strumia. La hipótesis del caso presentada fue que el hombre junto a su esposa y un colaborador la engañaron y obligaron a abortar. En la práctica, la joven murió y a partir de entonces se inició la intervención de un grupo de policías a fin de ocultar el crimen.

El juicio oral y público por la muerte de Paula Perassi, a cargo del tribunal conformado por Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Álvaro Campos se llevó adelante en el Centro de Justicia Penal de Rosario, Sarmiento 2850, entre marzo y mayo de 2019. Una carta que la mujer le escribió a Gabriel Strumia, amante acusado de "aborto sin consentimiento seguido de muerte" y "privación ilegítima de la libertad" en su contra, reveló una Paula enamorada y confiada, una mujer de corazón. Otro momento clave fue cuando Alberto con su chaleco antibalas se sentó frente a jueces y acusados tras años de reclamar por la aparición de su hija.

Durante esos días, también causó conmoción escuchar a Strumia y a su esposa, voces que hasta entonces habían permanecido en silencio.

El 2 de mayo los jueces leyeron su veredicto de absolución de los 9 imputados. Afuera, una plaza entera abrazaba a los Perassi. Alberto reveló su dolor e impotencia a los micrófonos, Alicia se desmayó. Días después, los magistrados dieron las explicaciones de su decisión: el fallo hacía una fuerte crítica a la Fiscalía.

En octubre se inició un segundo capítulo con el juicio de revisión de la resolución en primera instancia. Los Perassi y también el Estado habían apelado y la Justicia se daba una segunda oportunidad. A fin de noviembre, los camaristas Gustavo Salvador, Javier Beltramone y Carolina Hernández confirmaron de forma unánime las absoluciones resueltas en primera instancia para siete de los acusados, mientras que condenaron a 17 años al ex amante de Paula y a siete a su esposa.

Sin los huesos de Paula, a pesar de las excavaciones que se efectuaron en medio de las dos instancias de juicio, los Perassi no bajaron los brazos. De acuerdo a lo que publicó el diario Rosario12, la querella en la causa por la desaparición de la sanlorencina pidió que la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe revise el planteo sobre la existencia de una "estructura desaparecedora" en el caso. Con un recurso de inconstitucionalidad, apuntan a que el máximo tribunal provincial revierta la absolución de siete de los imputados, entre ellos cinco policías. Los abogados de la familia también recurrieron con una apelación horizontal para que otro tribunal de la Cámara Penal eleve la pena de los dos únicos condenados, Strumia y Michl, penados a 17 y 7 años de prisión por privación ilegítima de la libertad. Ese reclamo, que apunta a que la pena para ambos sea de 25 años, también fue planteado por la fiscal María Eugenia Iribarren, frente a "la magnitud del daño y por el tiempo de continuidad del delito, que se mantiene hasta el día de hoy".