Hace 50 años que el hombre (o Estados Unidos) pisó la luna por primera vez pero las dudas y las teorías conspirativas siguen tan vivas como el recuerdo del Apolo 11. El hecho histórico que comenzó el 16 de julio de 1969, cuando salió el cohete Saturno V desde Cabo Kennedy (Florida). El 20 de julio la misión arribó a destino con el comandante Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. y Michael Collins. El 24, los astronautas regresaron.

Pero meses después del logro de la Nasa se publicaban las primeras sospechas que apuntaban a un montaje de las imágenes difundidas al mundo. En 1974, Bill Kaysing publicó “Nunca llegamos a la Luna” y desde entonces las dudas reaparecen en cada aniversario con nuevas publicaciones y documentales.

En su libro “Bad Astronomy”, el astrónomo Philip Plait le dio forma a la teoría: afirmó que la Nasa descubrió un error fatal en su cohete y lo lanzó sin tripulación mientras envió a los astronautas a un estudio de filmación de Nevada para simular toda la misión espacial. Para The Washington Post, se trata de una de las primeras teorías de la conspiración que tuvo éxito entre los ciudadanos estadounidenses. 

Los que niegan la llegada del hombre a la luna identifican contradicciones en el relato oficial y en las imágenes difundidas. Las principales dudas se centran en cinco puntos que Plait rebate en su libro y que el diario El País resumió: 

1. No hay estrellas en las fotos. Quienes defienden la conspiración afirman que, mientras la superficie lunar y los trajes de astronautas reflejan la luz con mucha intensidad y se ven con claridad, las estrellas no se aprecian al fondo. En realidad, el tiempo de exposición de las fotos fue demasiado corto como para recoger con claridad la débil luz de las estrellas. Si se sube la exposición en Photoshop de algunas de las fotos de la Luna sí pueden verse. Ocurre lo mismo si hacemos fotos nocturnas de un paisaje muy brillante en la Tierra, sin que nadie insinúe que todo nuestro planeta es, también, un montaje de la Nasa

2. Hay demasiada radiación en los cinturones de Van Allen como para que los astronautas sobrevivan al trayecto. Estas dos zonas que están a 1.000 y 15.000 kilómetros de la Tierra se atraviesan en apenas una hora de camino a la Luna y el metal de la aeronave bloquea la mayor parte de la radiación.

3. No se levantó polvo durante el alunizaje, que tampoco causó un cráter. Se trata de una capa de polvo de apenas milímetros en un ambiente sin aire. La velocidad del módulo lunar tampoco es la que se afirma, por lo que no levantó tanto polvo ni se creó ningún cráter.

4. La temperatura en la Luna puede llegar a los 120 grados y habría matado a los astronautas. No, si tenemos en cuenta que la misión se planificó para que los astronautas llegaran a la superficie lunar durante una hora a la que la temperatura no era, ni mucho menos, tan alta.

5. Las sombras deberían ser totalmente negras, ya que el sol es la única fuente de iluminación. Plait recuerda que hay otra fuente de luz: la propia Luna, cuya superficie es brillante y refleja la luz del Sol. Los trajes y el módulo lunar también reflejaban esta luz.

Desconfiaza y desmentidas

Las encuestas de opinión indican que entre el cinco y el diez por ciento de los estadounidenses desconfían de la versión oficial de los eventos. En Inglaterra, uno de cada seis británicos duda. Mientras que más de la mitad de los rusos están convencidos de que se trata de una "gran mentira estadounidense".

Sin embargo, La Nación recuerda que hace 50 años el módulo "Águila" de la misión Apollo XI aterrizó en la Luna. Hay pruebas irrefutables: 382 kilogramos de rocas recolectadas en seis misiones; experimentos aún en funcionamiento; la corroboración independiente de Rusia, Japón y China; imágenes de sondas que muestran las huellas dejadas por los astronautas en el polvo lunar.

Más de 400.000 personas trabajaron en el proyecto a lo largo de diez años. Y se supone que nadie filtró pruebas ni confesó nada a la prensa. El video difundido por la Nasa:

Además, si estuviera tan claro que todo se trata de un montaje tan burdo que se ve incluso una bandera mecida por el viento, ¿por qué la Unión Soviética no lo denunció hace 49 años en plena Guerra Fría? Quizás porque, como dijo el cosmonauta ruso Georgy Grechko: “Cuando recibíamos señales de la Luna, las recibíamos de la Luna, no de Hollywood”.