Universidades nacionales, junto a centros de investigación públicos y privados, desarrollan cuatro proyectos de vacunas contra el coronavirus en la Argentina, cuyo común denominador será el bajo costo, la conservación sin necesidad de “ultrafreezers” y la facilidad de distribución en todo el territorio nacional.

El Directorio de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i) aprobó el financiamiento de estos proyectos, que reciben 60 millones de pesos cada uno para cubrir los costos de los estudios necesarios para las pruebas en animales, a fin de resolver seguridad y efectividad de sus candidatos a vacunas, informaron fuentes del MINCyT.

Arvac

El proyecto más avanzado es el de la vacuna “Arvac-Cecilia Grierson” que, con un modelo de asociación público privada, está desarrollando la Universidad Nacional de San Martín con participación del Conicet, se encuentra en el paso del laboratorio a la industria en un trabajo de codesarrollo con la empresa Laboratorio Pablo Cassará.

Esta vacuna comenzará con la fase clínica en enero de 2022 para poder ser producida a principios de 2023.

En las pruebas preclínicas en el laboratorio, Arvac mostró ser eficaz frente al virus y ahora se están terminando los ensayos toxicológicos, según fuentes del MINCyT.

Los ensayos toxicológicos se realizan en el Centro de Medicina Comparada (CMC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y, una vez concluidos, serán enviados a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) los protocolos del ensayo de Fase 1, a realizarse en humanos, para su validación.

Luego de aprobados, se iniciará la fase 1 durante enero de 2022.

Las fases clínicas tienen tres etapas: en la primera, se evalúa la seguridad de la vacuna en un grupo reducido de personas y en las fases 2 y 3 se escala a grupos más numerosos de voluntarios.

La plataforma de esta vacuna es de proteína recombinante, y se empleará con una dosis para refuerzo, y dos dosis para las personas no vacunadas.

Las ventajas de este vector nacional es que se conservará a -2,8 °C, es decir que no precisará de ultrafreezers, por lo cual será de fácil distribución en el territorio nacional.

Según la información oficial, Arvac será eficaz frente a nuevas variantes de coronavirus.

El apoyo de I + D + i para este proyecto es de 67,2 millones de pesos.

Argenvac

Otro de los proyectos nacionales de vacunas contra la Covid-19 es el de Argenvac, también bajo la forma de asociación pública-privada, en el que participan el Conicet y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con la colaboración de las facultades de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) y de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI); el ANLIS-Malbrán, la empresa GHON y los Laboratorios Químicos S.R.L., ANLAP y Sinergium.

La plataforma de Argenvac se basa en proteínas recombinantes más nanopartículas como vehiculizante con poder adyuvante.

Esta vacuna se aplicará en dos dosis y también presentará como ventajas el bajo costo, la conservación a – 2,8°C sin necesidad de ultrafreezers y la posibilidad de satisfacer la demanda en poco tiempo a través de una fácil distribución.

En este caso, el apoyo público para este proyecto fue de 60 millones de pesos.

CoroVaxG.3

A su vez, la FIL, el Conicet y la compañía biotecnológica Vaxinz firmaron un acuerdo para desarrollar CoroVaxG.3 y llevarla a ensayos clínicos.

El coordinador del proyecto, Osvaldo Podhajcer, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la FIL e investigador del Conicet, explicó que los resultados obtenidos “en estudios preclínicos nos mueven a avanzar rápidamente hacia la aprobación por los organismos regulatorios de un ensayo clínico (en voluntarios humanos)”.

Para finalizar los estudios preclínicos colaboran el Instituto Anlis-Malbrán, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación; el Centro de Medicina Comparada de la Universidad del Litoral (UNL)-Conicet; y otros centros de investigación.

La plataforma de esta vacuna es de Adenovirus (vector viral no replicativo) y está diseñada para monodosis, con una conservación a -2,8C.

“Apuntamos, como todo el resto del mundo, a lograr vacunas que con una única dosis nos protejan al menos doce meses. El modelo sería algo similar a la antigripal que hoy es tetravalente y nos protege anualmente contra diferentes cepas del virus de la gripe”, explicó Podhajcer.

El proyecto recibió 60 millones de pesos de la Agencia I+D+i a través del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec).

Vacuna ARN mensajero

Finalmente, está el proyecto de desarrollo de vacunas de segunda generación contra el coronavirus a base de proteínas a cargo de la UNLP, el Conicet y VacSal IIBM (Instituto De Biotecnología Y Biología Molecular) que está en “etapas hacia los ensayos clínicos en humanos”, según el MinCyt.

La plataforma de este proyecto es de proteína recombinante y se prevé su aplicación en dos dosis, también con la ventaja del bajo costo de producción y conservación a -2,8°C, que evita ultrafreezers y con ello facilita la distribución en el territorio nacional.

Además de los cuatro proyectos mencionados, cabe destacar que Argentina fue seleccionada este año por la Organización Mundial de la Salud para desarrollar y producir vacunas con la plataforma de ARN mensajero.

“Es interesante dimensionar la importancia de este acuerdo. La OMS nos brindará la plataforma de ARN Mensajero, que luego se podrá utilizar para otras vacunas u otros productos biotecnológicos, por lo que, a largo plazo, nos abre un panorama de trabajo muy interesante para la Argentina y la región”, dijo Fernando Lobos, director de Desarrollo de Negocios de Sinergium Biotech, la compañía biofarmacéutica argentina elegida por la OMS.

Utilizada en las vacunas de Pfizer y de Moderna contra el coronavirus, la plataforma de ARN mensajero es una tecnología innovadora que, hasta la pandemia, no se había usado en ningún inoculante aprobado.

Para realizar esta producción, Sinergium utilizará una planta en la localidad bonaerense de Munro de la empresa mAbxience, que actualmente trabaja con anticuerpos monoclonales y que es también del Grupo Insud.

“Junto a mAbxience armaremos un equipo de 20 a 30 personas entre científicos y técnicos de transferencia de tecnología, con quienes trabajaremos en esta primera etapa. Luego, en la medida que vaya avanzando el proyecto, tendremos que sumar más técnicos, profesionales de producción, control de calidad, y esto sin duda incrementará la dotación de nuestras plantas”, sostuvo Lobo a Télam, y estimó que el proyecto demandará una inversión de entre 7 y 10 millones de dólares.