El rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Franco Bartolacci planteó que hay que repensar la manera en que se da clases en el marco de un proceso de reformulación del modelo pedagógico-académico de las altas casas de estudio. Planteó la necesidad de modernizar las formas de enseñanza -“hay que animarse a discutir todo”, apuntó- los planes de estudios y carreras, entre otras. Cree indispensable aprovechar la experiencia que dejó la virtualidad en la pandemia, en el marco de dar mayores respuestas a las expectativas de formación que hoy no está contenida por la universidad de gestión pública

El rector salió muy fortalecido tras los resultados de las elecciones estudiantiles que tuvieron lugar la primera semana de este mes, después de tres años sin actividad electoral. Las agrupaciones reformistas conquistaron cuatro centros de estudiantes e impusieron mayorías de representantes en los consejos directivos lo que le permite a Franja Morada ir por la conducción de la Federación Universitaria de Rosario

Bartolacci entiende a ese apoyo como un “compromiso” para “profundizar y garantizar derechos estudiantiles”. Esto le permite ir por la ampliación del espacio político que lo depositó en el máximo sillón del Rectorado. Y reconoció el interés por buscar su reelección en la asamblea universitaria del año que viene cuando se voten las nuevas autoridades si es que logra el acompañamiento y apoyo de la comunidad. 

Alan Monzón/Rosario3

En el marco de la efervescencia electoral en los distintos claustros, con la utilización por primera vez de la boleta única, la paridad de género en las listas y la elección de los consejos directivos en los tres colegios preuniversitarios, el rector tuvo un mano a mano con Rosario3:

-¿El resultado de las elecciones estudiantiles se puede leer como una apoyo a la gestión del rectorado?

-Es importante la elección de las expresiones reformistas en todos sus matices. Más que un reconocimiento es un compromiso, hay que profundizar y garantizar los derechos estudiantiles por los que peleamos desde joven en la vida universitaria. Es saludable para nuestra universidad ese mandato de profundizar la agenda estudiantil.

-Alguien podría decir que a las agrupaciones reformistas les ha resultado más fácil cuando hay una gestión del mismo signo político en el rectorado.

-Los condicionantes de la pandemia estuvieron dadas por igual para todas las expresiones políticas, las restricciones hicieron que todo se trabajara desde la virtualidad. 

-¿Este resultado hace que usted vaya por su reelección?

-Mi energía está puesta en ampliar las bases del proyecto con el que llegamos al rectorado. Esta manera de sentir y pensar la universidad pública hace que gane consenso y espacio profundizar ese proyecto colectivo. Pero no es una decisión individual. A mí me gustaría porque hay mucho por hacer todavía siempre y cuando haya acompañamiento y apoyo en la comunidad para ir por ese camino.

Alan Monzón/Rosario3

-¿Ves un escenario electoral para tu espacio político para la ciudad y la provincia también el año que viene?

-Es una posibilidad. Hay que construir nuevas fórmulas, si bien mi esfuerzo y compromiso está en la universidad, entiendo que hay una posibilidad y creo saludable para Rosario y la provincia.

El desafío de transformar la educación

-¿Qué evaluación hace de la educación hoy?

-Creo que la educación y sus problemas se solucionan con más educación. Hay que hacer una profunda transformación pedagógica que atraviesa todos los niveles e incluso el universitario. Y hay que abordarlo no sólo desde el diagnóstico. Mi mandato diario es garantizar que se haga todo lo que uno dijo sobre lo que debería ser la universidad. La gestión pública es la dimensión del hacer lo que siempre uno sostuvo. A partir de ese diagnóstico realista, hay que provocar transformaciones reales.

-El ministro de Educación de la Nación quien viene del ámbito universitario planteó la necesidad de avanzar en mayor cantidad de horas de clases al menos en la primaria, ¿es por ese camino?

-Primero es una buena noticia que Jaime (Percyzk) sea ministro. Tenemos mucha afinidad acerca de lo que entendemos que la educación y la educación superior deben ser. Estoy de acuerdo con esa propuesta. Nuestras escuelas medias tienen jornadas extendidas. Hay que animarse a discutir todo. Discutir incluso lo que está consagrado. Hay que animarse a derrumbar fronteras para ir a la educación que necesitamos en el siglo 21.

-¿Incluso discutir la gratuidad y el ingreso libre a la universidad?

-Esos son valores del sistema público argentino que lo hace distinto de otros sistemas en el mundo y sobre la base de esos valores hay que modernizar. Pensar en los planes de estudios, tipos de carrera, en lo pedagógico, seguimos con métodos de enseñanza del siglo XIX para estudiantes del siglo XXI.

Alan Monzón/Rosario3

-Como por ejemplo incorporar la virtualidad...

-La experiencia de los últimos dos años habilitó transformaciones más rápidas. La discusión es más profunda que presencialidad versus virtualidad. La presencialidad es fundamental, forma parte de la vida y enseñanza universitaria. Recuperar la presencialidad fue necesario e ineludible. Ahora también es necesario ser inteligentes y quedarnos con las cosas buenas que nos trajo la virtualidad y derrumbar barreras y obstáculos para acceder a la educación superior. Resguardando derechos, hay que pensar más allá y construir un nuevo modelo académico-pedagógico.

Seguimos con métodos de enseñanza del siglo XIX para estudiantes del siglo XXI

-¿Qué hay que cambiar y discutir entonces? 

-Creo que hay que discutir planes de estudios, tipos de carreras. Pongo un ejemplo, la escuela de oficios. En un año tuvimos tantos interesados como la cantidad de estudiantes que ingresan a la universidad. Eso pone en evidencia que hay una expectativa de educación para miles de jóvenes que no está contenida por la propuesta académica de la universidad pública. No podemos ser necios del contexto que estamos viviendo porque corre serio riesgo de perder trascendencia tanto en materia académica como el desarrollo y potencial científico-tecnológico. Tenemos que vincularnos con lo que necesita el sector productivo. Hay que repensar también la manera con que damos clases. Porque hemos trasladado lo que hacíamos en el aula a la pantalla y la educación a distancia es otra cosa. Hoy los jóvenes prestan atención a una clase teórica por unos 20 o 30 minutos y seguimos con clases magistrales de dos horas. Hay que repensar todo en el registro de ir hacía un nuevo modelo pedagógico.

Agenda de gestión

-¿Cómo se trabaja para recuperar a los estudiantes que abandonan la universidad?

-Proyectando a toda la universidad programas como el Retomando que funciona en (la facultad de) Derecho para que puedan retomar los estudios aquellos que dejan sobre los finales de la carrera. Y abordar estrategias para evitar la deserción más activamente. Destinamos muchos recursos para que la gente pueda seguir estudiando, pero también hay mucha gente que deja la universidad no sólo por lo económico sino también por razones académicas o por los hábitos de la vida en la universidad. Hay que trabajar en el bienestar pero también en las otras razones.

Hay que animarse a derrumbar fronteras para ir a la educación que necesitamos en el siglo 21

-¿Cómo mejorar la seguridad y el transporte para la Siberia?

-Venimos trabajando con el municipio para recuperar muchas líneas que habían cambiado recorridos y desde el mismo modo con provincia para pedir más seguridad. Hay un proceso de urbanización en curso en el barrio que contribuirá mucho en ese sentido. Y desde la universidad vamos a hacer una Parada Segura, un andén para que los colectivos puedan ingresar dentro del predio.

-¿Este año arranca la obligatoriedad de las prácticas sociales de los estudiantes de años superiores?

-Este año lo ponemos en marcha. Es un universo de estudiantes con quienes debemos construir una red con organizaciones para desarrollar sus prácticas. No me gusta la palabra devolución. Es un compromiso social universitario, asumir que tenemos una responsabilidad de transitar la universidad que sostiene la sociedad y se trata de poner en acto a través de prácticas sociales obligatorias lo aprendido en las aulas y que eso impacte en términos de compromiso. Estamos articulando con todas las unidades académicas para ponerlo en marcha este año.

-¿Qué nuevas carreras se ponen en marcha?

-En estos dos años y medio de gestión, 43 nuevas carreras pusimos en marcha. Aprobamos las diplomaturas que habilita a desarrollar rápidamente nuevos trayecto de formación. Hay tres de formación media que se pusieron marcha en Puerto San Martín, General Lagos y El Trébol. Uno de los ejes fuertes está puesto en la Escuela de Sociales y Humanas que viene a completar la formación en educación media para marzo del año que viene. Estamos trabajando en las licenciaturas de Diseño Gráfico y de Indumentaria. Hay que avanzar aún más a lo que ya hicimos como en la de Gestión Cultural, Turismo, Inteligencia Artificial, Diseño Industrial o Relaciones de Trabajo.