Diversos especialistas coincidieron en vaticinar que, así como cambió parte de la currícula y de la didáctica a partir de la irrupción de la virtualidad como uno de los efectos que provocó la pandemia, los recreos y otras instancias lúdicas y corporales de la escuela deberán ser “reinventadas” a partir de lo que establezcan los protocolos sanitarios y del resultado del diálogo familiar y comunitario que vaya a establecerse entre los adultos y los alumnos, en cual los primeros tendrán que dedicar tiempo a “escuchar” a los segundos.

“Los contenidos van a tener que cambiar a raíz de la pandemia, y también los juegos. Estoy segura (de eso) y tengo ganas de observar a los chicos porque creo que ya cambiaron su manera de jugar” opinó María Teresa Rosendo, presidente de la Asociación Civil Coherencia, que nuclea a instituciones de nivel inicial de gestión privada de todo el país.

    ¿Cómo serán entonces los espacios comunes de recreación en tiempo de pandemia?

    ¿Cuál es la importancia de que los chicos se vuelvan a ver con sus pares?

    ¿Cómo explicarles que no pueden abrazarse o hacer determinados juegos o mantenerse a menos de la distancia social de sus compañeros, a quienes no ven hace un año?

    ¿Qué precauciones deben tomarse para evitar la propagación del virus de la Covid-19 en los establecimientos educativos?

Rosendo, profesora en Ciencias de la Ecuación y especializada en jardín maternal, se mostró positiva, al enfatizar: “No hay dudas en que iremos resolviendo, adaptándonos y colaborando para que todos saquemos esto adelante”.

“El patio -agregó- se va a tener que manejar acorde a protocolos, con burbujas y distanciamiento. No tengo duda que los chicos se van adaptar porque quieren ir a la escuela”.

Y puntualizó que “las claves son la tranquilidad y la creatividad. Es (también) escuchar a los chicos y saber observar; escuchar a los docentes y saber acompañarlos”.

A juicio de Escudero, “van a tener que cambiar muchas cosas en la educación porque los chicos están diferentes pero también nosotros lo estamos”.

Agregó que “tenemos que poner toda la energía los adultos porque los chicos tienen que estar en las escuelas”.
A veces, no hay modos de explicar lo que pasa

En tanto, la licenciada Luciana Grande, psicóloga clínica especialista en niños y adolescentes, sostuvo que “no hay un modo de explicarle a los chicos (las consecuencias del eventual contacto físico en los recreos escolares) porque no entienden la consecuencia de algunos actos”.

“No veo viable explicarles que no tengan contacto con pares. Hay que pensar algo acorde a la niñez”, sugirió la especialistas, y añadió: “Tal vez haya que acotar los recreos o reinventarlos, por ejemplo como hacen en otros países con burbujas de chicos y que cada chico tiene asignado con que niño juega”.

Grande consideró la posibilidad de realizar actividades lúdicas y de recreación “por espacios o hacer recreos más cortos, que salgan algunos niños primero y otros después”, en este punto añadió que “el esfuerzo tiene que venir del lado de los adultos”.

La especialista dijo que “le parece un escenario complicado la vuelta a clases”. Y precisó que “va a ser raro que se les diga que no pueden jugar cerca y para algunos va ser más angustiante ir y no poder manejarse con normalidad que quedarse en la casa”.

“Me parece que si a un chico se le ponen muchas restricciones, límites y se lo asusta puede ser más angustiante”, enfatizó Grande.

La vuelta presencial a las aulas, añadió, “por un lado puede favorecer a los pibes que salen que ven a los amigos, pero, por otro, no es la normalidad. Hay un montón de restricciones y temores; si los adultos están asustados los pibes la pasan mal”.
Chicos y chicas con “impacto emocional”

Por su parte, Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina, sostuvo que “la pandemia ha tenido, seguramente, varios impactos en la vida de niños, niñas y adolescentes”.

“Sabemos que los chicos tuvieron un impacto emocional en su bienestar por causa de la pandemia, entonces, ahí viene la importancia de las clases presenciales como un factor no sólo importante para sus aprendizajes sino también justamente para su protección y su bienestar”, indicó Brumana, y destacó ponderó el regreso a las aulas como una instancia en la cual, además de aprender, los chicos van a “volver a socializar”.

Para Brumana, la comunicación tanto con los niños y niñas como con las familias y los cuidadores debe ser “absolutamente clara sobre la adopción de las nuevas medidas sanitarias para evitar el contagio de la propagación de la Covid-19”, y dejarle entender que “es una condición indispensable para que las escuelas pueda volver a abrir las puertas”.

“Creo que hay que hacer que los niños, niñas y adolescentes tengan confianza para que la escuela presencial sea una realidad”, dijo Brumana.