Investigadores del Conicet afirmaron que es fundamental trabajar en la conservación de los bosques “porque cumplen la función de regular el clima y proteger los suelos fértiles” y son fundamentales “para la supervivencia de los seres humanos”, a la vez que advirtieron sobre las amenazas a la que están expuestos estos ambientes como la deforestación, su explotación excesiva, los incendios o las sequías.

Según datos de la Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos de Argentina, el país cuenta con más de 47 millones de hectáreas de bosques, y ese total está distribuido en siete regiones forestales: Parque Chaqueño, Yungas, Selva Paranaense, Monte, Espinal, Bosque Andino Patagónico y Delta e Islas del río Paraná.

La investigadora del Conicet del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal, Conicet-Unne), Micaela Camino, destacó que “en el caso del Bosque Chaqueño, se trata de un ambiente con características únicas y una gran diversidad de especies endémicas. Todo eso genera importantes contribuciones a las personas”.

«Necesitamos los bosques para sobrevivir»

“No se trata sólo de cuestiones materiales, como los frutos que son nuestra comida, sino que brindan sostén a nuestra existencia, principalmente porque cumplen la función de regular el clima y proteger los suelos fértiles. Necesitamos los bosques para sobrevivir, tanto para quienes residen en las ciudades como para las comunidades locales y los pueblos indígenas que habitan en ellos”, subrayó.

Para la investigadora, es fundamental trabajar en la conservación de los bosques porque, al igual que otros ecosistemas porque “nos dan vida y nos permiten conservar la salud”.

“Ante la tragedia del cambio climático, necesitamos de los bosques para que regulen el clima. A medida que van desapareciendo, las consecuencias son cada vez más notorias. También para la conservación de especies animales. Muchas de ellas no pueden vivir sin los bosques, por eso cuando los cortamos ya sea para ampliar ciudades o para el desarrollo de la agricultura industrial, los estamos poniendo en riesgo y alterando todo un equilibrio del que nosotros también dependemos”, advirtió.

La deforestación, el gran peligro

Detalló que “la eco región del Chaco tiene una de las tasas de deforestación más altas del mundo y esa pérdida y fragmentación del hábitat es crítica para las especies de animales que estudiamos. Vemos que los bosques que quedan son los que están habitados, tanto por comunidades criollas como por indígenas, que son quienes actúan como guardianes de esa biodiversidad”.

En la provincia de Misiones, otros grupos del Conicet trabajan en la conservación de bosques que tienen la particularidad de ser extremadamente diversos.

El investigador del Conicet en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, Conicet-UNaM), Gustavo Zurita, señaló dos perspectivas desde las que se trabaja en la conservación de los bosques.

“La primera es ética y tiene que ver con la necesidad imperiosa de conservar el planeta en condiciones habitables para generaciones futuras, con una biodiversidad similar a la que hemos recibido”, remarcó

Otra mirada “es más funcional y consiste en que la biodiversidad de los bosques, y los ecosistemas naturales en general, es fundamental para la supervivencia de los seres humanos. Es imposible pensar nuestra propia supervivencia sin las funciones que brinda la naturaleza, como la polinización de los cultivos, el ciclado de los nutrientes en el suelo o el almacenamiento de carbono para mitigar el cambio climático”, concluyó.