La mentalidad de crecimiento, una expresión acuñada por Carol S. Dweck, profesora de psicología de la Universidad de Stanford, viene ser una declaración de intenciones sobre qué actitud debemos abordar para la consecución de una meta, para la obtención de un éxito.

Dweck afirma que existen dos mentalidades: la fija y la de crecimiento. Ambas se generan y se mueven en función de la visión que tenemos de nosotros mismos, y de nuestros sistemas de creencia, según consignó el blog Justifica Tu Respuesta.

La mentalidad fija reside en aquellas personas que tienen la convicción de que la inteligencia y las habilidades son talentos que provienen de la propia naturaleza y que no se pueden modificar o desarrollar. Se trata de un tipo de personas que se centran principalmente en los resultados más que en los procesos. De ahí que rehúyan de los retos, se den vencidos con cierta facilidad y pierden el interés por algo que requiere un esfuerzo y una dedicación constantes.

Por su parte, la mentalidad de crecimiento parte de que el talento y las habilidades se pueden desarrollar. Esto significa que las personas que poseen algún talento es porque trabajan esa habilidad a partir de estrategias concretas. Pero lo más importante es que quienes no poseen un determinado talento es porque simplemente aún no lo han desarrollado.

Para este tipo de mentalidad, el esfuerzo se ve como algo inherente a cualquier proceso de aprendizaje, ya que es lo que hace posible crecer en una determinada habilidad. En este sentido, los retos son algo necesario para superar la adversidad. Son conscientes de que los errores forman parte del aprendizaje y de cualquier actitud de mejora, y por eso valoran las críticas constructivas.

Dweck afirma que las personas que poseen una mentalidad de crecimiento son capaces de vivir una vida con una menor carga de estrés y son más propensos a alcanzar sus metas, a lograr sus éxitos.

“En una mentalidad fija, los estudiantes creen que sus habilidades básicas, su inteligencia, sus talentos, son rasgos fijos. Tienen una cierta cantidad y eso es todo, y luego su objetivo es lucir inteligentes todo el tiempo y nunca parecer tontos. Los estudiantes de mentalidad de crecimiento entienden que sus talentos y habilidades se pueden desarrollar a través del esfuerzo, la buena enseñanza y la persistencia. No necesariamente creen que todos sean iguales o que alguien pueda ser Einstein, pero creen que todos pueden ser más inteligentes si trabajan en ello”, plantea.

Llegados a este punto es importante señalar que las personas no poseen exclusivamente una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento. A lo largo de su vida es normal que posean una u otra mentalidad. Lo importante es percatarse en qué momento y en qué circunstancias se da la mentalidad fija y de qué manera podemos convertirla en una mentalidad de crecimiento.