Desde ese día, la Argentina tuvo una presencia ininterrumpida, consolidando un protagonismo que ya tenía en las regiones antárticas desde principios del siglo XIX.

Fue un hito histórico que marcó el inicio de la permanencia ininterrumpida de la Argentina en la Antártida.

Sin embargo la presencia sostenida en la Antártida comenzó antes, en 1902, cuando el Alférez José María Sobral se unió a la expedición sueca de Otto Nordenskjöld. El hundimiento del buque Antarctic de esta expedición llevó a la Argentina a efectuar un exitoso rescate con la Corbeta Uruguay al mando del Teniente Julián Irízar.

Con el paso de los años, se destacaron múltiples expediciones argentinas que fundaron las bases antárticas de nuestro país. Entre muchas otras, cabe mencionar la expedición aérea de la Armada al Polo Sur, con Pedro Margalot; la expedición por tierra al Polo Sur, con Gustavo Giró Tapper y su comandante, el General Jorge Leal, y el primer vuelo transpolar, con Mario Luis Olezza y Gustavo Argentino Marambio.

Con visión de futuro, la Argentina desarrolló una actividad científica pionera desde 1951, cuando fue fundado el Instituto Antártico Argentino, que permitió desplegar el destacado trabajo de sus investigadores. Recién en 1959, con la firma del Tratado Antártico, la ciencia se constituiría a nivel internacional en el vector de la toma de decisiones en el seno del Sistema del Tratado Antártico.

En esos tiempos, fueron destacados científicos como el Dr. Rafael Cordini, autor de la primera publicación del Instituto Antártico Argentino, y el glaciólogo César Augusto Lisignoli, e investigadores como Ing. Pedro Skvarca, la Dra. Marta Ghidella, el Dr. Rodolfo Del Valle y el Dr. Alejandro Carlini, quienes continuaron con esta tradición de ciencia de calidad desde el Instituto Antártico Argentino.

Los diplomáticos de la Cancillería argentina defendieron los derechos y el interés de nuestro país en aquella negociación del Tratado Antártico, cuando participaron en la mesa chica de la Conferencia de Washington sobre la Antártida en 1959, donde se elaboró y aprobó el Tratado. Entre los diplomáticos “antárticos” se han destacado los embajadores Juan Carlos Beltramino, Orlando Rebagliati y Horacio Solari. Hoy, la Argentina mantiene un rol activo en los foros del Tratado que resguarda debidamente los derechos de soberanía de la Argentina en el llamado “continente blanco”.

En diciembre de 2019 el Tratado Antártico celebra los 60 años de su firma. Este instrumento ha generado otras normas específicas que hoy integran el “Sistema del Tratado Antártico”, conforme el cual la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia por medio de la cooperación internacional, y tiene a la protección del medio ambiente como uno de sus pilares.

La Argentina está firmemente comprometida con el Sistema del Tratado Antártico y está orgullosa de que Buenos Aires sea la sede de la Secretaría Ejecutiva del Tratado Antártico (www.ats.aq).