El argentino Agustín Canapino, con una unidad del equipo Juncos Hollinger Racing, cumplió este fin de semana el sueño personal de intervenir en las tradicionales 500 millas de Indianápolis de automovilismo, pero un choque a ocho vueltas de final le impidió concretar una hazaña deportiva.

El estadounidense Josef Newgarden (Team Penske), campeón de la Indy Lights en 2011, se proclamó ganador por primera vez en su carrera, al superar en el duelo mano a mano de los metros finales al sueco Marcus Ericsson, quien venía de triunfar en la edición anterior.

Canapino, de 33 años, estaba entre los 15 mejores pilotos cuando se encontró delante de él con el toque de Scott McLaughlin a Simon Pagenaud que le hizo perder el control, recostarse sobre el muro y chocar al mexicano Patricio O'Ward, que estaba con el auto detenido.

"Esta si que duele... tuvimos un accidente después de 192 vueltas, a solo 8 del final, por evitar un choque que hubo delante cuando veníamos P14 con buenas chances de pelear por más", publicó el argentino en su cuenta de Twitter. 

Canapino, el primer argentino en 83 años que compitió en una de las pruebas que componen la "Triple Corona" de la actividad junto con al Gran Premio de Fórmula 1 en Mónaco y las 24 horas de Le Mans, tuvo un gran rendimiento que alcanzó el tercer puesto, hasta la vuelta 190, cuando la carrera se detuvo con posterior reanudación por un accidente.

El oriundo de Arrecifes, cuatro veces campeón del Turismo Carretera, exhibió su costado albiceleste con un auto preparado especialmente para la ocasión con los colores de la bandera argentina.

Además, recibió el saludo del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, quien en redes sociales publicó el siguiente mensaje: "Vamos, Agustín Canapino, después de 83 años, vuelve a girar la celeste y blanca en el mítico circuito de Indianápolis. Todos alentando por vos en el Indy 500".


Canapino se incluyó en la grilla de 33 representantes del IndyCar, en una clasificación en la que obtuvo el 27mo. puesto, para la edición número 107 de esta competencia emblemática. A pesar de su buen rendimiento, ese accidente lo perjudicó de sobremanera y el choque con el auto de O'Ward hizo trunco su sueño de finalizar la carrera y lo relegó a la posición 26.