La dura derrota de Rosario Central a manos de Quilmes en los penales desnudó la crisis futbolística que había reaparecido en el Gigante de Arroyito con el traspié ante Central Córdoba. El muy flojo rendimiento ante los cerveceros este jueves provocó que Carlos Tévez decidiera no hablar con la prensa tras el partido.

Esa situación generó muchos rumores e incluso medios capitalinos anunciaron que estaban reunidos en el vestuario algunos directivos canallas con el entrenador. Todo ello fue desmentido desde el club e incluso argumentaron que ni siquiera estuvo presente en Córdoba por cuestiones personales el presidente en ejercicio Ricardo Carloni.

Lo que sí fue comprobado es que la decisión de que ningún futbolista hablara con la prensa vino desde el cuerpo técnico: “No nos dejan hablar”, dijo al salir del vestuario Gaspar Servio, el único que se salvó del aplazo en el duelo copero de este jueves.

De todos modos, la crisis futbolística también es real. La victoria en el clásico y la siguiente en Sarandí, en un partido que se le aclaró desde el comienzo con dos penales a favor y una expulsión del rival, parecieron haberle puesto punto final a las dudas que traía el equipo. Sin embargo, reaparecieron.

El ciclo de Carlos Tevez en Central lleva apenas 9 partidos: arrancó con tres derrotas al hilo (Vélez, Gimnasia y Aldosivi), luego llegó la primera victoria del Apache ante Sarmiento en el Gigante y acumuló cuatro juegos sin derrotas, incluyendo el empate ante Independiente, el triunfo contra Newell's y la goleada ante Arsenal. Finalmente, llegaron las derrotas ante Central Córdoba y la de este jueves por Copa Argentina a manos de Quilmes, tal vez, en el peor partido desde su llegada a Rosario.