Rosario Central perdió 2-0 ante Banfield este lunes por la noche en el estadio Florencio Sola, por la fecha 18 de la Liga Profesional de Fútbol. El Canalla llegaba con expectativa y buscaba seguir trepando en la tabla, pero el Taladro lo madrugó en el primer tiempo y lo liquidó en el complemento, todo con un doblete de Milton Giménez. Fue una de las peores actuaciones del equipo de Miguel Russo en la temporada.

Central tuvo un comienzo para el olvido del que luego no pudo reponerse, pese a que mostró, en la adversidad, cierta rebeldía. Entró dormido y desconcentrado, a diferencia del Taladro que salió decidido a imponer condiciones, le manejó la pelota y lo atacó con llamativa facilidad, sobre todo por las bandas. 

Banfield pegó primero a los 3 minutos de la etapa inicial, tras un remate de Nicolás Sosa Sánchez que Jorge Broun no pudo contener ni despejar lejos del arco. El rebote le quedó servido a Milton Giménez para empujar la pelota al gol y anotar el 1-0, en una jugada que el Canalla defendió decididamente mal.

En esos primeros pasajes del juego el Canalla fue un tembladeral en el fondo y Banfield llegó con peligro varias veces, pero Fatura respondió bien en un par de ocasiones y evitó que la diferencia fuera mayor. El DT auriazul decidió sostener la línea de cuatro defensores para salir de Rosario, un esquema que de visitante, hasta ahora, no le dio buenos resultados.

A los errores defensivos y de retroceso cuando perdió la pelota se le sumaron, además, falencias para generar juego y ser profundo. En eso tuvo mucho que ver una buena labor del equipo de Julio Falcioni para rodear y no dejar jugar cómodo a Ignacio Malcorra

Como el 10 estuvo casi siempre bien marcado y asediado por los rivales, no pudo influir cerca del arco rival y en la zona de gestación. El Canalla, entonces, buscó más a Campaz y a Giaccone, pero tampoco lograron imponerse. Y sin sus creativos en una buena noche el equipo de Miguel Russo fue lento y previsible.

En consecuencia, Jhonatan Candia quedó aislado como referencia en el área y el único argumento fueron los intentos por las bandas con los laterales, pero así tampoco pudo lastimar porque se repitió en centros desde muy lejos.

Banfield no bajó nunca su intensidad, siguió presionando y lo invitó a Central a un juego friccionado y de lucha que tampoco le quedó cómodo, porque lo llevó a tener que decidir con menos tiempo para pensar y a cometer más errores con la pelota. Además, Broun tuvo trabajo durante todo el partido, lo que expone las facilidades que halló el local para lastimar. 

En la media hora final el Canalla mostró cierta rebeldía y cambió un poco la imagen. Russo sacó a Kevin Ortiz para sumar a Octavio Bianchi en ataque y el equipo fue al frente en busca del empate, con más empuje que otra cosa. Exigió en un par de ocasiones al arquero Cambeses, que respondió bien ante un potente remate de Damián Martínez y saliendo a cortar algunos centros. También lo tuvo Facundo Mallo con un cabezazo que se fue besando el palo. 

Claramente no era la noche de Central y quedó más en evidencia algunos minutos después de ese atisbo de reacción, cuando una grosera equivocación del zaguero uruguayo, que quiso tocar a un compañero dentro del área y le regaló la pelota al Taladro, le sirvió el 2-0 a Giménez, que estampó su doblete y sentenció la historia. 

El conjunto de Russo se quedó con las manos vacías. Una derrota que duele por las formas, porque estuvo muy por debajo de su nivel en otros partidos –incluso de visitante, lo que más le cuesta–, pero también por el contexto: enfrentaba a un Banfield golpeado, que venía de tres derrotas al hilo, y tenía la oportunidad de descontarle puntos a San Lorenzo, que perdió con Barracas, y de escaparse de Defensa, que empató con Racing.