Nicolas Federico Castro está atravesando un excelente momento, se asentó en la mitad de la cancha, es el jugador distinto que tiene Newell's y su entrenador lo considera fundamental en su esquema táctico. Llegó de Rafaela con 14 años, dejó a su familia: mamá Silvina, papá German y cuatro hermanos (Jesica, la mayor, él es el segundo, Micaela, Santiago y el mas chiquito, Ignacio). Éste último es el más parecido a él en casi todos los sentidos. Juega a la pelota y tiene una habilidad cercana a la de su hermano mayor.

También quedó en Rafaela su abuela, Mirta, que lo crió de pequeño, lo llevó junto a papá Castro a todas las prácticas y a todos los encuentros de las inferiores. Hoy, no se pierde ningún partido donde juega su nieto mimado: "Mi familia me ayudó mucho, mi papá, mi mamá y sobre todo mi abuela, yo me crié con ella y fue quien me acompañaba con mi papá a todos lados. Mi abuela es futbolera, mira todos los partidos, ella es la hincha número uno y no me critica nunca", dijo Nico Castro en diálogo con El Tres.

Era un niño cuando llegó solo a la ciudad. Se quedó de un tío un tiempo y luego fue a vivir a la pensión de Newell's. Acostumbrado al afecto cercano de toda la familia y ni hablar de lo "malcriado" que lo tenía la nona Mirta, se encontró con un panorama diferente y hasta pensó en regresar a su ciudad natal: "Fue duro. Con esa edad se me hizo complicado. Me encontré con que tenía que hacerme todo solo. Yo soy familiero, me costó adaptarme, me quería volver. Después me empecé a hacer de amigos acá en la pensión, comencé a conocer gente y conocí a Lara que hoy es mi novia", agregó el mediocampista.

Hoy Nico y Lara construyeron una nueva familia: "Ella era fanática de Newells, venía siempre a la cancha y un día le firmé un autógrafo le regalé la camiseta y la invité a salir. Hace 5 años que estamos juntos y tenemos un hijo que se llama Ángelo. Los dos van a la cancha, me siguen y es hincha de Newells y 9 de Julio de Rafaela" dijo el "10" leproso.


Todo fue así de rápido para Castro: llegó a entrenar en las inferiores, fue llamado para integrar las juveniles de la selección Argentina como sparring del equipo de Jorge Sampaoli, debutó en primera, jugó su primer clásico y llegó su primer gol. Todo junto, en un par de años:  " Cuando jugaba en Rafaela no imaginé que podía estar en este momento, pero cuando llegué acá y vi lo que era el club, comencé a sentirlo de otra manera. Tuve ganas de llegar a primera división, sentía que se podía dar". 

Su paso como sparring de la seleccíon nacional hizo que conociera a Lionel Messi: "No lo podía creer. Fue fuerte, muy lindo, porque me decía «hace un tiempo estaba en Rafaela y ahora estoy con la Selección Nacional» con Di María, Con Paredes con Otamendi y verlo a Messi era terrible. Me saqué foto con Lio. Hace todo bien, es un referente, te sorprende".

Castro vuelve a poner su cabeza en su gran momento con Newell's: "Tomé conciencia de esto a medida que iban pasando los días. Uno toma más confianza, los jugadores de experiencia también te lo hacen sentir así. Pablo Perez, o Fernandez, Lema te dicen que estemos tranquilos porque ellos tienen toda la responsabilidad y eso hace que estés más seguro cuando salís a la cancha. Si algo te sale mal, te levantán el ánimo. Eso te alivia y da tranquilidad. Es positivo".

Su buen momento y su juego exquisito hicieron que se fijen en él clubes argentino y del exterior. Aunque su decisión era quedarse una temporada más en el parque: "Sentí que tenía que quedarme acá que tenía que seguir creciendo en este club, que  podía quedarme a ayudar al equipo. Estoy tranquilo, pienso en el día a día quiero seguir formandome como jugador y eso es fundamental".

En más de una oportunidad, comentó que su ídolo era Juan Román Riquelme, pero su familia era fanática de Maxi Rodriguez, con quién terminó jugando en la última etapa de su carrera. " Lo ví poco a Maxi, pero mí familia era fanática de él. Jugar al lado de él hizo que toda mí familia esté contenta. Venían a verlo jugar a él  y a Scocco y no a mi", cuenta entre risas.

Y agregó: "Fue genial jugar con él y con Nacho Scocco. Estaban siempre detrás nuestros, enseñandonos, diciéndonos que estemos tranquilos, ayundando a los mas chicos, nos decían que teníamos que asentarnos acá y trabajar mucho".

El próximo sábado, Newell's se miden con Sarmiento y en la fecha 7 se viene el clásico. Castro ya sabe lo que significa porque hasta conviertió un gol en el torneo anterior: "Ahora estoy tranquilo, seguro en los días previos nos metemos de lleno. Yo lo disfruto porque no siempre te puede tocar estos partidos, yo lo vivo especial internamente, si ganás por supuesto mejor", agregó. 

Sobre cómo se imagina el clásico, expresó: "Lo veo bien a Newells, es un grupo unido que va para adelante, y que con actitud puede sacar un partido adelante". La pregunta sobre la ilusión del hincha no podía faltar: "Si obvio, claro que sí. Son partidos aparte, pero que se ilusionen como nosotros también lo hacemos".