Poco ruido y pocas nueces. Arranca una nueva competencia de la Liga Profesional para los equipos de la ciudad con escasos agregados a los planteles que pelearán, una vez más, por ser protagonistas en un fútbol muy parejo en el que sólo los más regulares sacan alguna ventaja.

Fernando Gamboa y Milton Caraglio parecen ser los nombres y apellidos estelares de un mercado de pases que no es otra cosa que una muestra de la realidad económica de las instituciones.

En realidad, si se hace un repaso por los 26 equipos de la Liga Profesional, la mayoría ahorró más de lo que gastó, incluidos los grandes.

Central tiene que atender dos frentes y Newell’s borrar lo más rápido posible el paupérrimo torneo pasado que lo mostró último, chato y poco competitivo.

Dos procesos con realidades diferentes que los encontrará en el Coloso del Parque el domingo 22 de agosto por la séptima fecha y, como siempre, marcará un antes y un después en la competencia de acuerdo al resultado.

Los promedios siguen corriendo, pero no habrá descensos por ahora. Eso descomprime un poco, pero está prohibido relajarse porque los puntos que no se ganen este año pueden padecerse a fines de 2022, cuando al menos dos equipos pierdan la categoría.

No obstante, el objetivo principal debe apuntar, como mínimo, a la clasificación a las copas y no a los promedios. Además, una cosa trae la otra.

Al menos 10 de los 26 equipos tendrán un lugar en las copas Libertadores y Sudamericana de la próxima temporada a fin de año. 

Arrastran los puntos del torneo que ganó Colón por lo que Central arranca apenas 2 puntos por debajo del hasta ahora último clasificado y Newell’s, que deberá pelearla mucho más, inicia la competencia por un lugar en los torneos internacionales del año que viene, último, a 9 unidades del décimo.

Central ya ofreció el jueves una muestra de sus bondades y sus defectos con Deportivo Táchira, aunque con ausencias muy importantes que pueden relativizar el análisis. No obstante, el saldo es positivo más allá de jugar dos tiempos bien disímiles. Estuvo a la altura de las circunstancias y quedó muy bien posicionado de cara a la revancha de la semana que viene.

Newell’s es una incógnita que sólo tuvo partidos de entrenamiento en los que mostró, fundamentalmente, a un Nacho Scocco bastante renovado y protagonista principal de esas prácticas. Muy diferente a la imagen desolada que mostró sentado casi siempre en el banco de suplentes y con escasa participación competitiva durante la era Burgos.

El gran revulsivo rojinegro parece ser el regreso a casa del Negro Gamboa, un símbolo de gloriosos viejos tiempos. Su tarea es ardua: hacer reaccionar a un plantel que se quedó sin incentivos y sin rendimiento en el ciclo anterior.

Comienza a rodar la pelota en la Copa de la Liga para los equipos de la ciudad. Las realidades son diferentes y las obligaciones distintas. 

Central está más holgado y parece más armado que un Newell’s en reconstrucción casi desde cero.

Pero la ilusión es la misma de siempre. Ella no reconoce obstáculos, cree siempre que todo es posible. Aunque parezca imposible.