Este sábado, el Canalla se midió con Belgrano de Córdoba en un amistoso en el que debía aplicarse el protocolo de coronavirus dispuesto por la AFA, que era estricto, claro y que solo había que llevarlo a cabo como se hace en todos los encuentros preparatorios que se disputan en el país. Pero una vez mas los directivos tuvieron que salir a dar explicaciones. En esta oportunidad, debieron emitir un comunicado luego de que la Policía se hiciera presente en el estadio para demorar a personas que nada tenían que hacer allí. Los argumentos no convencieron demasiado.

Una alta fuente encargada de la seguridad en la Provincia, confió a este periodista que desde el miércoles les venían solicitando a los directivos del club un informe sobre la cantidad de personas que iban a estar involucradas en el partido. Pero los dirigentes recién entregaron la lista el viernes, en dos partes "muy poco claras".

En la nómina figuraban "dos guardavidas", pero las autoridades provinciales se llevaron una gran sorpresa cuando comprobaron que la pileta no tenía agua y que no funciona desde el año pasado.

Además, estaba anotado un alcanzapelotas mayor de edad que tenía una incapacidad física en una pierna. Vale aclarar que los chicos que generalmente cumplen esta función en los partidos son jugadores de las inferiores y menores de edad. También se incluyó a personal de seguridad privada y personal de logística en un cotejo que no necesitaba semejante despliegue de recursos.

El boletín 5.791 que dispuso la casa madre del fútbol argentino, autoriza en este tipo de partidos en contexto de pandemia a 35 personas de cada institución. Este requisito fue cumplido por la visita y no por el organizador, según relataron desde la propia fuerza encargada de la seguridad provincial.

Instantes después, Rosario Central publicó un comunicado en el que negaba todas las imputaciones que hizo la Fiscalía sobre transgresión del protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus. 

El Fiscal Matías Ocaríz fue quien actuó de oficio y el que ordenó directamente desalojar del estadio a todas aquellas personas que no podían justificar qué hacían en las tribunas. Y además evitó el ingreso de personas que esperaban para entrar por una de las puertas de acceso al Gigante.

El partido contó un un veedor de AFA, que se llevó una imagen "no muy buena" de lo que ocurrió en la jornada del fin de semana en nuestra ciudad.

Una fuente calificada anticipó que el informe será muy duro y que ya evalúan que Rosario Central no vuelva a disputar amistosos en su estadio en lo que queda de la pretemporada.