Transcurriendo la última fecha de la Liga Profesional, la tabla de posiciones deja algunas señales que invitan a la reflexión. ¿Quiénes pelean el título? Vélez, Talleres y Huracán. Ningún poderoso. ¿Talleres es el club supuestamente señalado y perjudicado por su predilección por las SAD? Parece que no. La T, vivita y coleando, define el título en igualdad de condiciones con Vélez y Huracán, dos clubes de dirigentes quejosos seriales que siempre asumen el papel de víctimas como una estrategia que creen la más conveniente. Talleres va por el mismo camino.

¿Y Barracas Central, el equipo beneficiado por ser la casa del presidente de la AFA? Arrancó la última fecha en el último lugar. ¿Beneficios?

¿Y Central Córdoba de Santiago del Estero? Llegó a la final de la Copa Argentina por segunda vez en su historia por méritos deportivos y la ganó, pero inició la última jornada de la Liga en el vigésimo puesto y será uno de los peores promedios en 2025, año en el que volverán los descensos.

Vélez no depende de nadie: si le gana a Huracán, será campeón

Por supuesto que los que no pueden justificar sus pésimas gestiones con planteles muy superiores al santiagueño buscarán excusas en beneficios arbitrales para el equipo de De Felippe. Es mucho más sencillo.

¿Y Deportivo Riestra, el otro amigo del poder? ¿No es casi una SAD? ¿La AFA no las repele? Sí, ¿y entonces?, ¿cómo es que es un club amigo del poder? Preguntar a los señaladores seriales que siempre desaparecen cuando se les desintegran los argumentos.

Riestra está decimosexto en la tabla y por ahora arranca los promedios 2025 entre los diez últimos.

Puede considerarse que el plantel arbitral es flojo. De hecho lo es. Pero al campeonato lo definen equipos que no integran la nómina de poderosos.

No es nuevo. El último campeón es Estudiantes, que no tiene una dirigencia afín a la AFA, todo lo contrario. La final la jugó con Vélez.

Y el anterior lo festejó Central, que supuestamente no integra la nómina de los beneficiados, aunque su presidente agradeció al titular de la AFA y a Sergio Massa en la calurosísima y gloriosa jornada de Santiago del Estero.

Aquella final, qué canalla no la recordaría, la jugó frente a Platense, otro “poderoso”.

Kudelka, técnico de Huracán, suele utilizar la queja como estrategia

Por supuesto que hay errores. Un torneo de 30 equipos es lo menos competitivo que existe. Que no haya descensos es un disparate. Y más cuando esa decisión se toma en plena competencia.

Pero salió campeón Estudiantes y Talleres está ahí de conseguirlo por primera vez en su historia. ¿Cómo se escribe la historia que contamos? ¿Quiénes la cuentan?

Lo que está mal, está mal. Pero lo competitivo, a pesar de todos los errores y falencias, marcha sobre rieles.

Que quien quiera la cuente como quiera, pero la única verdad es la realidad. Frases conocidas, ¿no?

“Ya nadie llora por arbitrajes, ni por horarios, ni por cancha, ni por nada. Ahora están todos contentos y felices. Todos tienen posibilidades, entonces ya nadie hace conferencias de prensa... Son locales con su gente, son punteros, la responsabilidad la tienen los locales. Sabemos que jugamos con una presión extra que es la que vienen pregonando los dos equipos, que es la queja”, dijo Wanchope Abila tras el triunfo de Huracán sobre Platense del lunes pasado. Viene al caso.