Una conmovedora y aterradora confesión hizo el ex jugador de tenis Guillermo Pérez Roldán. Radicado en Chile donde es profesor, el tandilense abrió su corazón y contó que su padre, quien fue su entrenador físico en su época dorada, no sólo le pegaba cuando perdía un partido sino que también le robó una suma cuantiosa de dinero.

Le decían Rocky por su fuerza, por su garra. De acuerdo a lo que publicó el diario La Nación, Pérez Roldán fue, a fines de los 80’ y comienzos de los 90’, una de las grandes esperanzas del tenis argentino. Llegó a estar 13° del ranking mundial y representó al país en la recordada serie de Copa Davis ante Estados Unidos en 1988 -año en el que llegó a los cuartos de final de Roland Garros-, cuando perdió en partidos cerradísimos frente a John McEnroe y André Agassi, fue una estrella que se apagó demasiado rápido en medio de sucesivas lesiones que le restaron continuidad.

El tandilense tiene ahora 50 años y es profesor de tenis en Chile, su país de residencia. Pese a haber jugado en el más alto nivel, no le sobra nada en lo económico. Según reveló en la entrevista, fue estafado por su padre y ex entrenador, Raúl Pérez Roldán. Pero no sólo eso, lo más impactante fue que confesó que durante su etapa como tenista fue sometido reiteradamente a maltratos físicos que llegaron a incluir "cintazos arriba de una cama" o "una trompada en la cara" por perder un partido.

La Nación

Raúl Pérez Roldán es recordado no solo por ser el padre de Guillermo, sino un pilar de la escuela de tenis tandilense, que entre otros frutos dio recientemente a estrellas como Juan Martín Del Potro. A mediados de los 80, formó un equipo que juntó a sus dos hijos (Guillermo y Mariana), Franco Davin y Patricia Tarabini se formó desde las categorías juveniles para competir en el más alto nivel. En lo deportivo, los resultados fueron buenos. Pero Guillermo reveló que detrás de esa trama había espacios muy oscuros.

En la entrevista al periodista Sebastián Torok, Pérez Roldán abrió su corazón y sacó a la luz recuerdos terroríficos: "Si te contara las cosas fuertes, como perder un partido, entrar en una habitación y que te peguen una piña en medio de la boca con el puño cerrado. Y yo las corría todas, eh. O que te metan la cabeza en un baño o que te agarren a cintazos arriba de una cama. O un robo de cuatro o cinco millones de dólares. Todo lo que gané jugando al tenis, al otro día no lo tenía. Mi vieja (Liliana Sagarzazu) y mi viejo firmaron para sacarme la plata de mis cuentas".

Pérez Roldán aseguró que el maltrato físico que sufría era conocido fuera de la familia. "Sufrí el maltrato físico. Todos sabían. La cosa fue conmigo. Y con mi hermana al principio. Pero cuando empecé a facturar yo, mi hermana pasó a un segundo plano. Tengo que decir que fue un técnico de la puta que lo parió de bueno, pero un padre de mierda. No podía ser que ganar un partido era un alivio y en determinados momentos, en vez de poder disfrutar a los 19 años, ya no di más. Le dije: 'Seguí por tu camino, cuando te necesite técnicamente te llamo. Comprate un campo, andá a los caballos, qué se yo, pero déjame tranquilo'", contó. Y agregó: "Un año gané tres torneos de ATP, en el 87. ¡Era junior, tenía 17 años! Después de ganar Buenos Aires me voy a Itaparica, en la primera ronda me toca un muchacho que se llama Tore Mainecke, jugué en otra superficie, venía de una que era súper lenta, hacía calor, perdí y (después del partido) se subió a la cama y me empezó a cagar a latigazos porque decía que no me había movido bien".

Pérez Roldán contó que los golpes cesaron después, pero empezó otro tipo de maltrato. "Lo agarré después de ganar el torneo de Palermo, no me acuerdo si fue en el 89. Me senté en el avión y le dije: 'Mirá: a partir del año que viene quiero viajar solo, no quiero viajar más con vos. O las tiro todas para afuera, pierdo el ranking o no agarro más la raqueta. Así que fíjate qué querés hacer'. No daba para más. No, no. Y ahí empezó a disfrutar, hasta que yo me caso la primera vez a los 24 años: amarrocó toda la plata y me la sacó, sin avisarme nada. Eran cuentas familiares con tres firmas. Los cheques de ATP venían a mi nombre. Firmando dos, padre y madre, podían sacar la plata... Confiás en tu viejo. Yo no supe nunca más dónde estaba la plata".

Guillermo lamentó haberse dado cuenta demasiado tarde: "Terminé mi carrera y a los tres meses era pobre. No tenía ni coche. La estafa la descubrí en 1994. Así fue: llamé al banco de afuera, pedí una plata para irme de vacaciones y no había más. Y había varios millones de dólares. Además, teníamos casas, caballos de carrera, restaurante, departamento, etcétera. No cuento ni vivo con eso y sé que nunca la voy a tener".

Pérez Roldán tiene tres hijos -uno de ellos, recién nacido- y vive actualmente en Chile. Aseguró que hasta ahora nunca había hablado el tema con sus dos hijas mayores, y que quiso revelar su experiencia para evitar que otros chicos sufran la misma situación. "Por supuesto que mis amigos más íntimos lo saben, mi mujer lo sabe, Franco (Davin) y Eduardo (Infantino) lo saben, Mariano (Zabaleta), que llegó a vivir en mi casa, lo sabe. Pasa es que es difícil contar una cosa así y al periodismo. Pero como vino mi tercer hijo y no me importa más nada que mi familia, mis amigos y mi trabajo... Dije cosas profundas y me gusta hacerlas públicas para que otros chicos no vuelvan a pasar por algo así, para que tengan el coraje que yo no tuve”, manifestó.