El de este martes en Arroyito no era un partido más para Rosario Central, ya que por primera vez el equipo auriazul jugaba en el Gigante después del título conseguido en la pasada Copa de la Liga. Sin embargo, al menos por el juego y el resultado, absolutamente condicionado por el pésimo estado del césped, el partido estuvo lejos del soñado por los hinchas: el Canalla empató 0-0 contra el Taladro por la segunda fecha de la Copa de la Liga 2024. Desde temprano en las tribunas y luego del compromiso de manera oficial, miles y miles de hinchas desataron una fiesta para celebrar la estrella.

El pésimo estado del césped, renovado por completo durante el último mes en el marco de las obras en el Gigante y colocado hace aproximadamente dos semanas, condicionó el partido en Arroyito. El trámite fue parejo, lento, previsible y feo, en buena medida porque el campo no dio garantías para intentar jugar por abajo y hasta aumentó el riesgo de lesiones.

Panes de pasto levantados, pozos, tierra y arena por todos lados complicaron las intenciones de ambos equipos. Malcorra, citar solo un ejemplo, lo sufrió cuando quiso patear un tiro libre directo al arco y la pelota se levantó antes del impacto. Del otro lado, Rodríguez quiso lanzar un tiro de esquina, pero al jugador del Taladro le ocurrió lo mismo. Situaciones que se repitieron todo el tiempo.

Central intentó juntar pases, darle buena circulación al balón y triangular en ofensiva, pero el contexto lo perjudicó. Es difícil determinar con exactitud cuánto hubo de impresiones propias y cuánto del inesperado efecto de un césped que no estaba a la altura, aunque está claro que ese factor atentó contra los dos.

Un remate de media distancia de Giaccone que salió junto al palo izquierdo de Barovero fue la única aproximación con cierto riesgo del Canalla, dentro de una primera etapa chata y aburrida. 

En el complemento, Russo mandó a la cancha a Campaz, quien volvió a estar convocado tras la extendida novela de su renovación. El colombiano mostró algunas pinceladas con sus arranques en velocidad por la banda zurda, pero padeció la cancha, como el resto. Pasado el cuarto de hora también entraron Martínez e Ibarra, un doble cinco completamente nuevo.

Que la jugada más clara en todo el partido haya sido un despeje de Martínez que hubiera sido gol en contra si Broun no llegaba a tapar con una gran reacción, resume lo que fue el pobre empate en Arroyito, que a Central lo pone en la obligación de empezar a sumar de a tres lo antes posible para no perder tanto terreno en el comienzo de la fase regular.

No pasó mucho más. Fatura volvió a salvar su arco tras un disparo de media distancia de Ríos, ya en tiempo agregado. Y el Canalla merodeó un par de veces el área del Taladro con algún desborde de Campaz. Pero el partido se diluyó en la mediocridad.

Resumen del partido