Un grupo argentino contrató a un banco internacional de primera línea para que arme una propuesta de salvataje de Vicentín a través de un proceso de cram down, o toma de control por parte de los acreedores. El “financial advisor” ya hizo los primeros contactos con los principales acreedores financieros de Vicentín, quienes ya habían descartado públicamente aceptar la oferta de pago concursal presentada por la agroexportadora y por eso recibieron muy bien las nuevas gestiones.

Según supo Rosario3, los lineamientos del proyecto del grupo argentino están diametralmente opuestos a los que Vicentín puso sobre la mesa como propuesta propia de salida de la crisis. Por ejemplo:

1) Establece apoyo mutuo para quienes pueden hacer que una “Nueva Vicentin” exista: los proveedores de granos. 

2) Establece la continuidad de la empresa en todas sus unidades, sin desguace de ningún tipo. 

3) Los actuales accionistas de Vicentin, por tratarse de un cram down, perderían el 100% de su tenencia.

Las activas gestiones trascienden ahora por las serias dificultades que está teniendo la aceitera para encarrilar el concurso de acreedores. 

En efecto, recién la semana pasada Vicentín presentó la oferta formal de la propuesta de pago de los 1.500 millones de dólares que le debe a a1.400 acreedores, cuando el período de su exclusividad en la negociación con ellos vence el 16 de diciembre. 

En líneas generales, la propuesta de pago que hizo Vicentín (una quita del 70% a abonar en 15 años) está atada a una venta del 90% del capital social a ACA, Viterra y Molinos Agro. Y, como era de esperar, la oferta concursal generó el rechazo de los acreedores, con el Banco Nación (el principal acreedor, que es además privilegiado) a la cabeza. 

Y luego vino la contundente reacción del juez que lleva la convocatoria de acreedores, Fabián Lorenzini, quien diréctamente le ordeno a Vicentín reformular la propuest. pidiéndole “criterios más racionales”.

Es más, el magistrado fustigó la magnitud quita (de la que estimó que, en la práctica, sería mayor al 70%), protestó porque la oferta comprende el desguace (las plantas del norte santafesino quedarian afuera de la venta) y además hizo serias observaciones en temas fundamentales como las garantías, los plazos; todos cambios que Vicentín debe definir en menos de un mes y sin demasiado entusiasmo de todos sus potenciales compradores.

Y con los plazos muy ajustados para lograr un acuerdo de convocatoria, y ante la posibilidad de la quiebra del grupo, empezó a asomar una propuesta de cram down de la mano de un grupo argentino importante. El "cramdown" es la última instancia que tiene una empresa concursada para evitar la quiebra y el desguace luego de no lograr un acuerdo de acreedores para el pago de la deuda y prevé que los propios acreedores y terceras empresas formulen una propuesta para adquirir y tomar el control de la firma concursada para poder así resolver su crisis financiera. Así que no todo parece estar perdido para los acreedores de la agroexpotadora santafesina.