Hay 42 estaciones de servicio con GNC de las 120 que operan en Santa Fe que a fin de mes se quedarán sin suministro para vender, con toda las complicaciones que eso provocaría en el transporte. Ocurre que en abril se vencen los contratos anuales que tienen esas estaciones, un tercio del total que hay en la provincia, con sus proveedores, y como el sector no consigue que las petroleras y comercializadoras les renueven el abastecimiento a precio regulado, el sector reclama una urgente respuesta del gobierno nacional. Y por eso en las últimas horas se reforzó el lobby empresario en todas las esferas.

La invasión de Rusia a Ucrania disparó el precio de los combustibles a nivel mundial encareciendo los costos y complicando la logística. Pero, en el caso del gas, a nivel nacional el conflicto bélico –que encareció las importaciones que el país hace del recurso- vino a acrecentar la tensión existente por el aumento de la demanda, la menor producción de gas en la cuenca norte y la falta de gasoductos que conecten Vaca Muerta, que sí está produciendo la full, con la zona centro del país.

Las estaciones de servicio firman contratos anuales o bianuales con productores y comercializadores de gas que van del primero de mayo al 30 de abril. Y el problema que se encontraron las 42 estaciones santafesinas a las que se les vencen en días los contratos es que los comercializadores aseguran que no les pueden vender porque hay faltante y escasez. 

Pero para los duelos de estaciones el problema es que no quieren vendérselo a ellos a los precios regulados para el sector dispuestos oficialmente y por eso los invitan a adquirirlo en el mercado libre, que cuesta el doble. Y es que a las petroleras les conviene vender el insumo a las industrias, que lo compran a 8 dólares el millón de BTU, que a las estaciones que lo pagarían en torno a los 4 dólares, según las categorías oficiales.

Además del costo financiero que significa hacer frente al aumento del 100% en la provisión, las estaciones de servicio saben que no podrán competir con el resto de las firmas que siguen vendiendo el GNC comprado bajo regulación a $60 el m3.

De las que estaciones a las que se les vencen el contrato, las únicas que están consiguiendo renovaciones son aquellas que están bajo las redes de las petroleras. Pero el problema es que las estaciones tienen reservas de capacidad previamente asignados por lo que el volumen que una firma no vende no puede acapararlo otra.

Y es por eso que de no hallarse una solución puede haber faltante de GNC para vehículos, sobre todo los usuarios intensivos como taxis y remíses. Y los problemas con el GNC se sumarían a los que sufre el transporte de carga con el gasoil.

Ante el inminente vencimiento de los contratos, las entidades empresarias del sector (como Faeni y Cesgar) intensificaron en las últimas horas el lobby para activar la intervención del Estado, sobre todo ante la Secretaría de Energía de la Nación.

Una de las herramientas que tiene el gobierno para intervenir es que, como hizo en 2020 por la pandemia, la empresa pública IEASA (ex Enarsa) adquiera el GNC de las petroleras a precio mayor y se los venda a precio regulado a las estaciones. Otra es que YPF se haga cargo del abastecimiento a las estaciones sin bandera.

Y una tercera posibilidad es que elimine la disposición que obliga a la región a abastecerse de un mix de cuencas. En Litoral, por caso, el 55% del gas debe venir de la cuenca neuquina, un 40% del norte y el resto de la cuenca austral. En este caso como el faltante viene del norte, la posibilidad de que el gobierno permita completar ese abastecimiento con gas que llegue desde la cuenca neuquina.

Industriales, con la guardia alta

Por su parte, la Mesa de Energía de la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe) se reunió con autoridades de Enerfe, de Litoral Gas y el secretario de Industria de la provincia, Claudio Mossuz, con el fin de coordinar las gestiones por la provisión de gas al sector, de cara a la temporada invernal que se aproxima. Del encuentro también participó el presidente de la central fabril provincial, Víctor Sarmiento.

El debate se centró en la situación actual de la capacidad técnica de distribución y el panorama de disponibilidad de gas. En el primer punto, se coincidió en que la distribuidora no avizora un panorama que permita pensar en dificultades para un funcionamiento normal, entendiendo que la capacidad actual de distribución se condice con los consumos esperados.

Respecto al abastecimiento de gas a distribuir se habló sobre los volúmenes requeridos y las disponibilidades que se esperan tener al momento del pico de demanda. En este punto, se charló acerca de generar un monitoreo semanal que permita contar con información para el sector industrial para la toma de decisiones, permitiendo de esta manera generar una alerta temprana a los consumidores industriales y así disminuir cualquier impacto sobre la producción industrial.