Con el objeto de promover el intercambio de visiones y perspectivas acerca de los principales asuntos económicos del mundo, el Foro Económico Internacional de las Américas (IEFA, por sus siglas en inglés) reúne a líderes mundiales, expertos de renombre y ejecutivos de negocios. En los últimos 25 años, ha contado con la participación de más de 580 speakers y la asistencia de unas 14.000 personas, representando a más de 70 países, en el marco de sus cuatro eventos anuales: la Conferencia de Montreal (Canadá), el Foro Global de Toronto (Canadá), el Foro Estratégico Mundial (World Strategic Forum, en inglés) y la Conferencia de París (Francia).

Esta última, se llevó a cabo este lunes 9 y martes 10 de noviembre, en formato online, y contó con la presencia de destacadas personalidades como Laurence “Larry” Fink, CEO del fondo BlackRock, uno de los principales tenedores de deuda argentina y, según se rumorea, posible Secretario del Tesoro del recientemente electo Presidente de Estados Unidos, Joe Biden; Catherine Guillouard, Chairman & CEO de la compañía francesa RATP Group (cuya división de transporte, RATP Dev, pujó por la concesión del Subte porteño el año pasado); Stacey Cunningham, Presidenta del New York Stock Exchange (NYSE); Ajay Banga, CEO de Mastercard y José Luis Manzano, Presidente de Integra Capital y único ponente argentino en el Foro.

El empresario argentino compartió el escenario con Benoit Potier, Chairman & CEO de Air Liquide y Didier Holleaux, Executive Vice President de ENGIE. La temática del panel, que contó con la moderación del periodista David Hostert, Líder de Investigación para Europa, Medio Oriente y Asia en BloombergNEF, giró alrededor de cómo las empresas de energía pueden fomentar la resiliencia para hacer una transición sin problemas hacia un modelo más sostenible y cuál es el rol del sector financiero en ayudar a las empresas en esa transición.

“La pandemia puso de manifiesto problemas de coordinación en la lucha contra la pandemia asi como antes ya habia problemas de coordinacion en la lucha contra el cambio climático”, comenzó Manzano. “Por un lado vemos a una Europa con una agenda fuertemente enfocada en producir cambios, no sólo en materia de sustentabilidad y fuentes de energía renovable, sino también en generar nuevas formas de liderazgo. En ese sentido, Europa cumple con su palabra. Por otro lado se encuentra Asia, donde no se observan grandes cambios. Finalmente, tenemos Estados Unidos donde, si bien hay conciencia en los niveles superiores, no hay un consenso general acerca del riesgo que impone el cambio climático, aspecto profundizado especialmente por la administración de Donald Trump. En ese sentido, la presidencia de Biden marcará un cambio importante, fundamentalmente con la reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París”, destacó.

Por su parte, Benoit Potier señaló un cambio de paradigma en la visión que tenemos de la energía. “El esquema en el que uno producía la energía en base a las fuentes que tenía al alcance, la transportaba y la usaba, sin reflexionar sobre su impacto, ha cambiado dramáticamente. Ya no sólo es una cuestión de las fuentes de las que obtenemos la energía, sino que somos conscientes de la necesidad de reducir el consumo de energía y elaborar productos que hagan un uso más eficiente”, comentó. “En ese aspecto, el hidrógeno tiene y tendrá un rol central en la energía del futuro, ya que nos permitirá reducir las emisiones en un 20% para 2050. Sin embargo, no debemos apostar a una sola fuente, sino pensar en una combinación de factores como el hidrógeno, baterías de litio, gas y biogas, entre otros, e incorporarlos a la red de energía”, completó.

En línea con ese concepto, Didier Holleaux resaltó que “no se trata del huevo o la gallina, no es una u otra fuente, sino que es una integración de factores”. “Pero primero necesitamos garantizar la resiliencia del sistema actual, evitando picos de demanda. En ese aspecto, y retomando el concepto de que no hay que apostar todo a una sóla fuente, no es conveniente seguir profundizando la reconversión eléctrica de los aparatos del hogar, como por ejemplo sistemas de calefacción, porque eso genera picos de demanda que sabotean el sistema y las energías renovables no podrán sostenerla”, alertó. “Entonces, para garantizar la resiliencia del sistema en la transición energética debemos priorizar un manejo eficiente de la energía, rediseñar correctamente el mercado, asegurar la confiabilidad de distintas fuentes de energía renovable y abocarnos a construir un sistema más integrado”, cerró.

“Es aquí donde la inversión juega un rol central, especialmente en atraer y promover el emprendedorismo en el sector, emulando lo que ocurre con la revolución digital que vivimos”, opinó Manzano. “Los que marcan el rumbo son los consumidores y la lucha contra el cambio climático es una bandera de las nuevas generaciones. Son mucho más conscientes sobre las fuentes de energía que utilizan y, a futuro, no se ven utilizando vehículos en base a combustibles fósiles”, aseveró. El argentino destacó: “el almacenaje de energía tiene un rol central y las baterías de litio son las protagonistas. El litio ha demostrado una capacidad increíble para almacenar y transportar energía y va a jugar un rol central en la transición energética, especialmente, en vehículos eléctricos”. “En ese aspecto, Argentina tiene una oportunidad para abastecer gran parte de la demanda mundial, ya que tenemos la capacidad de producir en salares a U$S2500 por tonelada, lo que es un precio muy competitivo. También en hidrógeno verde, por nuestra gran capacidad de producir energía solar o eólica a valores competitivos”, comentó y completó “definitivamente, el litio y el hidrógeno serán los vectores para almacenar energía. Y almacenar energía es la clave para proteger el medioambiente”.

A modo de reflexión con respecto a los aprendizajes que empujó la pandemia, Benoit Potier destacó que “nos demostró que las crisis pasan y que no estábamos preparados para esta. La resiliencia también se trata de tener la humildad de reconocer que no conocemos todos los factores y tratar de imaginar los potenciales peligros, para poder prepararnos y enfrentarlos mejor”. “Tenemos la ciencia y los valores necesarios. Nos hace falta entender que somos frágiles y sólo nos haremos fuertes trabajando en conjunto, compartiendo información científica y alineando nuestros valores”, cerró José Luis Manzano.