Washington arde: ciudad tomada por la bronca antiTrump y las respuestas desmedidas de un presidente cómodo con ese intercambio de golpes. “Maneja muy mal las cosas”, dice a través de la línea el interlocutor desde la ciudad tomada por las manifestaciones.

Claudio Loser es economista, fue directivo del FMI entre 1994 y 2002 y hoy es docente de economía de la Universidad George Washington. Desde hace algunos años dirige Centennial Latin America, Organización No Gubernamental que intercede en los conflictos económicos de los países emergentes. Cuidándose mucho del coronavirus,  desde su departamento en las afueras de Washington vio como el domingo pasado saqueaban algunos negocios de su cuadra. “Ahora está más tranquilo. Pero hay mucho enojo con Trump por como maneja las cosas”, dice.

_Hablemos de la deuda argentina. ¿Cómo la ve?  Por qué cree que el FMI aceptaría la propuesta argentina?

_El FMI emitió el comunicado donde dice que la oferta argentina era consistente con el estudio técnico que había hecho ellos, ahí tenés un punto. Los números que presenta el gobierno argentinos son coherentes con una deuda sostenible en mediado plazo y puede ser algo que ayude a impulsar a la economía argentina. Le están dando el visto bueno. Eso sí, depende de las políticas que se sigan después de eso y en el informe aclaran que hay poco espacio para cambiar esa oferta.   

_¿Que Guzmán haya sido formado por Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía 2001) es un beneficio para las negociaciones?

_Sí, es un punto a favor pero con ciertas limitaciones. En verdad tiene pros y contras. La gente de los Mercados no quiere mucho a Stiglitz por su visión intervencionista. Viendo como ha operado Guzmán y conociendo sus antecedentes, es muy respetado. Claramente es un economista muy sólido. Ha estado en las mejores Universidades y eso es importante. Es cuidadoso y entiende del tema. Y eso, más allá de las opiniones, revela que no hay diferencia de miradas cuando uno está frente a una crisis.

_¿Qué beneficios y qué perjuicios económicos tendrá este acuerdo según su mirada?

_Lo que sucede es que la alternativa a esta oferta era declarar la cesación de pagos y quedar aislados del mundo. Por eso esto tiene ventajas. Es esto o nada. Esto establece certidumbre con lo que hacen los acreedores, no hay juicios, ni acciones judiciales raras, se sabrá cuanto hay que pagar. Los primeros años se va a pagar muy poco, aunque Argentina no quería pagar nada y  de a poquito se van a restablecer relaciones con los sectores financieros del mundo. Aunque es este mundo Covid es muy difícil hacer afirmaciones ciertas.

_¿Quiénes en este acuerdo serán los más afectados? Los más enojados

_Van a estar enojados los de siempre. En Argentina la idea antifondo, hay gente que cree que el fondo es el problema. Y ellos con el acuerdo estarán enojados. También reaccionarán en contra los países austeros como Alemania, Dinamarca, Holanda, los países nórdicos. “Porque están ayudando a un país que hizo todo mal”, van a decir. Los acreedores privados no van a estar descontentos porque el acuerdo ayuda a ordenar. No veo demasiados enojados porque verán que el acuerdo da un orden de cobro.  

_¿Fue una buena decisión ir al FMI en 2018?

_Dado como fueron cambiando las cosas fue una buena decisión. Pero creo que se prestó demasiado dinero. Fue demasiado. Soy de los que ha tenido la idea de que la Argentina tendría que haber ido un año y medio antes. Fue una buena idea pero lamentablemente todo se complicó y ya era tarde.

_¿Cómo imagina el mundo económico pospandemia?

_Creo que va a haber una reactivación pero en “V corta quebrada”. En los primeros momentos de apertura la gente va a salir a gastar en restaurantes en pequeños consumos, ir al dentista, a cortarse el pelo, a visitar a sus médicos. Con el aumento de la actividad se va reducir el desempleo y ayudará a reducir parte de los 40 millones de desocupados en Estados Unidos. Pero se va a frenar, la gente va a detener sus compras, va a tener miedo de viajar, no va a querer comprar cosas. Se va a detener y será una recuperación muy lenta.

_En Washington bajo protestas en la calle y con el coronavirus, ¿cómo la está pasando?

_Ha sido todo muy traumático, acá la cuarentena ha sido muy observada, he salido en auto, he visitado a mis hijos y nietos, pero con mucho cuidado. En los últimos días tuvimos que ir en auto a un lugar dimos un paseo en el centro de la ciudad y no vimos nada extraordinario. Solo cuando volvimos vimos por los medios que la ciudad estaba manifestándose: el domingo vimos desde nuestras ventanas como robaban comercios de la zona acá cerca de casa. Hay mucho enojo, mucha bronca con la forma en la que el presidente maneja las cosas. Muy enojados con Trump, por como maneja las cosas.