Durante la conferencia de prensa en la que anunció la intervención y expropiación de la firma Vicentín, Alberto Fernández aclaró que la medida obedece a que la compañía iba a la quiebra y que su principal acreedor es el Estado a través del Banco Nación.

Consultado por las opiniones de la oposición sobre eventuales intenciones de avanzar en estatizaciones de empresas, Fernández dijo que “Vicentín iba a la quiebra y no era próspera”.

“Los santafesinos y los productores santafesinos deben estar contentos escuchando esta noticia”, dijo el presidente y agregó que la expropiación se debatirá en el Congreso.

“Allí después podrán compararnos con Venezuela, con el infierno o lo que quieran”, dijo el presidente y cuestionó a los dirigentes de la oposición que critican por Twitter.

Por otra parte, Alberto Fernández dijo que no está en los planes del gobierno ir a buscar las irregularidades denunciadas por los créditos y fugas de divisas de la gestión macrista.

“Si en la intervención surgiera alguna maniobra, se dará a conocer a la justicia. No vamos con la intención de la denuncia; queremos levantar la empresa. No estamos pensando en buscar irregularidades sino que la empresa funcione”, insistió el mandatario nacional.

"Se trata de una operación de rescate de una empresa de magnitud en el mercado. Favorece a la Argentina en este momento para lograr una soberanía alimentaria", expresó.

Finalmente, el Jefe de Estado consideró estratégico “tener una empresa testigo” en el rubro alimenticio. “Es clave para tener una referencia en el mercado”, añadió.