“Informamos que a partir de hoy en cualquier negocio nuevo de maíz el precio va a ser por Mercado Cargill”, dice el whatsapp que los operadores de esa trader multinacional le enviaron ayer a los corredores de granos. En el mismo día, otro de los grandes exportadores multinacionales -también de capitales estadounidenses como lo es ADM- envió un whats-app que decía: “Informamos que ADM no opera más por pizarra Rosario”.

La decisión de dos peso pesado del mercado cerealero de dejar de utilizar la Pizarra -que diariamente elabora la Cámara Arbitral de Rosario- como referencia para la fijaciones de precios en sus operaciones causó conmoción en la Bolsa de Comercio de Rosario porque le asestó un duro golpe a la credibilidad de una de las principales herramientas institucionales del mercado de granos.

“Se está poniendo en jaque a todo un sistema de trabajo”, le dijo a Rosario3, el presidente del Centro de Corredores de Rosario, Daniel Boglione. La entidad prepara un encuentro con acopiadores y productores para armar un frente común ante la jugada exportadora.

Por su parte, el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni, le dijo a Rosario3: "Estoy muy preocupado por lo que está ocurriendo con la Pizarra. Estoy convocando a todos los sectores para una reunión en la que definamos una salida conjunta. Todos debemos cuidar la institucionalidad del mercado. Todos debemos ser responsables”.

Miguel Simioni, presidente de la Bolsa de Rosario.

Y es que ADM y Cargill (sobre todo éste último por su gran recorrido institucional en el mercado local) deben una explicación formal y detallada de las razones de su decisión al resto de los actores del comercio. Un whatsapp a operadores, sin argumentación alguna, suena a muy poco compromiso con centenarias instituciones cerealistas que ellos mismos también construyeron como la Bolsa y la Cámara.

En tanto, el titular de la Cámara Arbitral de Rosario, Julio Roldán (de la exportadora AGD), la entidad vapuleada por el desplante de Cargill y ADM a su principal función (que es la fijación diaria de los precios de Pizarra) no respondió a la consulta de Rosario3.

Una “institución” del mercado

Buena parte de las compras que exportadores e industriales hacen de los granos que demandan se pactan con anterioridad a la entrega de la mercadería y su precio se fija tiempo después de recibirla. Esas operaciones se conocen como "a fijar” y al acordarse se establece un rango de fecha para determinar el precio. Y, desde la existencia de las Bolsas y las Cámaras (hacia finales de 1800), el precio se fija en base al valor que figure en la Pizarra del día. Hilando fino, en rigor, sobre ese valor de referencia, los compradores ponen un plus (por ejemplo, Pizarra más tanto...) acorde a sus estrategias.

Y, precisamente, la Pizarra es usada como valor de referencia porque se le atribuye su eficacia en determinar un valor ponderado de las múltiples cotizaciones de operaciones con entrega inmediata (por ejemplo de la soja y el maíz) que se suceden a lo largo de una rueda. Los “semaneros” -como se define a los camaristas de todos sectores (compradores, vendedores e intermediarios) que fijan el valor diario- se apoyan en la información que disponen y, sobre todo, en su “leal saber y entender” de lo que ocurre en la plaza spot.

A lo largo del tiempo, el mecanismo de fijación se fue aggiornando. Por ejemplo, sumando herramientas tecnológicas propias (a través de las cuales los operadores declaran voluntariamente sus negocios disponibles) y del Estado (como el SIO-Granos que obliga a los operadores a declarar todos los negocios).

Daniel Boglione, presidente del Centro de Corredores de Rosario

Pero uno de los cambios más importantes fue hacia finales de la década del 2010 cuando se acordó (no sin muchas discusiones) la inclusión para el ponderado final de un porcentaje de las operaciones cortas y con entrega que se realizan en el mercado de futuros (a término).

Fue el Centro de Corredores de Rosario la entidad que militó por aquellos años el cambio entendiendo que esas operaciones representaban como una suerte de “mercado extendido” de las operaciones diarias (spot/con delivery) y, por ende, debían incluirse para el cálculo diario de la Pizarra.

Y no se trataba de cualquier tipo de operaciones: vendedores aseguraban que muchos exportadores pagaban mejor por la soja en ese “extendido” que en el mercado físico para asegurarse la provisión de la mercadería sin riesgo de inflar (encarecer) la Pizarra, que es valor referencia de las (mencionadas previamente) fijaciones.

Se llega así al punto crucial. Que una Pizarra salga “alta” o “baja” significa que el comprador tenga que pagar varios dólares más o menos por la tonelada comprada a fijar. Y si bien en la teoría se trata de que el precio sea el valor real (no el caro o el barato), y esa es la tarea institucional de los camaristas, en la práctica los operadores sólo tienen el objetivo de hacer el mejor negocio posible (cobrar caro y pagar barato).

Con la soja se calentó....

Según el libreto liberal, como cualquier intervención del Estado en el mercado provoca distorsiones, la implementación del dólar soja (tipo de cambio diferencial) en septiembre tuvo daños colaterales en la Pizarra, que se volvieron a repetir en la segunda edición de diciembre.

¿Qué pasó? Resulta que hubo actores del mercado (acopios y exportadores “no tradicionales”, como se le dice a los compradores que no son los grandes) que aprovecharon para vender soja con entrega diferida que no tenían guardada (aprovechando el tipo de cambio diferencial) y que por eso luego tuvieron que comprar.

Y como había poca (por la seca y porque el productor ya vendió con el dólar soja) sólo la pudo obtener pagando más en el mercado "extendido". Esa jugada (que reportó buen negocio a esos operadores porque vendieron a un tipo de cambio mejor al que compraron) hizo subir la Pizarra en las fijaciones a pagar por los exportadores “tradicionales” que pusieron el grito en el cielo.

Por ejemplo, la soja en Pizarra está en $75.000, cuando los exportadores dieron $72.000 para las fijaciones y ayer se pago $86,000 en el mercado de futuros. Es más, este mediodía la exportadora Dreyfus ofrece $70,000 para fijaciones.

...y con el maíz estalló

En ese entorno de ánimos crispados en la exportación, y con el telón de fondo de una fuerte sequía que reduce la cosecha y presiona los precios, la crisis estalló con el maíz.

Es que unos pocos “compradores no tradiconales” (desde grandes como los acopios de Zeni y Grassi a nuevos jugadores como ALZ Agro, Puerto Arroyo Seco y a ex Díaz y Forti, y grandes firmas como Arcor) estuvieron realizado en las últimas semanas compras de maíz por el “extendido” (mercado de futuro corto con entrega en corto plazo) para cumplir compromisos de ventas con exportadores o de abastecimiento para sus fábricas, a precios superiores a los ofrecidos en el spot (como se dijo, el mercado con entrega diaria) porque hay poco maíz (por la seca) y los productores (tras hacer caja con el dólar soja) no lo venden.

El tema es que así están subiendo los precios de las fijaciones que deben afrontar los exportadores tradicionales. Por ejemplo, ayer se pagó por término u$s 257 la tonelada cuando en el físico estuvo a u$s247 y la Pizarra salió u$s253.

Mientra que para los exportadores de esa forma se está inflando artificalmente la Pizarra, para productores y acopiadores -por el contrario- son los exportadores los que están bajando artificialmente el mercado disponible porque cerraron exportaciones a un maíz más barato del precio mayor que, por la seca, cotiza ahora. El valor real del maìz es el del mercado a término y por eso ahí aparece el volumen, es la postura.

Resulta que hay exportadores de los grandes que tienen importantes volúmenes comprometidos en fijaciones (con varios dólares sobre Pizarra) que están que trinan. Y por eso ADM y Cargill dijeron que no tomarán más esa referencia. ¿Y sobre qué fijarán? Sobre el precio que a ellos les parezca que es el representativo del mercado; lo que en la jerga se llama “mercado comprador”.

Visiones confrontadas

Ante esta decisión. Productores, exportadores y corredores pusieron el grito en el cielo por abandonar la Pizarra como valor de referencia. “Como el resultado del partido no les gusta, se llevan la pelota”, se quejó un corredor con varias batallas. “Hay que aceptar el resultado de la oferta y la demanda; y ellos no lo están aceptando”, aportó otro. “Se están abusando al querer comprar maíz, que no hay y no se vende, a 240 cuando el precio es de por lo menos 10 dólares más”, calculó un tercer agente consultado por Rosario3.

Y no es casual que los corredores piden no ser identificados. Es que temen “represalias comericales”. Es que, puntualmente, ADM estuvo en los últimos 20 días ejerciendo presión a varios corredores que buscaban validar mejores precios y a los que se les advertía que podían queda fuera del selecto grupo de proveedores que la exportadora tiene. Es más, las presiones fueron tantas que el tema llegó a ser analizado en el Centro de Corredores de Rosario.

Con todo lo rudimentario que puede parecer el proceso de fijación por Pizarra, no deja de ser un instrumento institucional que en su momento fue una mejora al sistema comercial en el que el comprador pone el precio (usa “su” pizarra) aprovechando que la oferta es mucha y lo agentes de la compra sólo un puñado. Ese sistema de “mercado comprador” (que es pre-institucional) es el que fue superado con el armado de las Cámaras (y sus pizarras) y al que, ahora, hay productores que temen se esté queriendo volver.-

Hay productores que ven en la “fuga” de la Pizarra una línea de continuidad en la estrategia exportadora al mencionar que dejaron de pagar el plus por calidad en el maíz. También se dan rosca especulando que es otra forma de aumentar sus compras directas a productores en desmedro de las operaciones por mercado (en las que intervienen acopios y corredores).

Lucas Ficosecco, Julio Roldán y Carlos Reynares, máximos directivos de la Cámara Arbitral.

Incluso, los más aguerridos recuerdan que tampoco casi hay fijaciones por Pizarra en soja luego de que hace unos diez años los exportadores se “pasaron a mercado comprador” acusando a un puñado de “corre-acopios” (que en el pasado habían sido sus aliados, acordando convenios de abastecimiento que les facilitaban la provisión) de inflarles la Pizarra en las fijaciones con operaciones especulativas en el “extendido” del mercado a término.

Muy distinta es la versión de los exportadores, que llaman a no dramatizar y aseguran que el mercado sólo se va a ir acomodando.

Es que más allá de anuncios de ADM y Cargill, hay exportadores que sostienen que la Pizarra seguirá siendo utilizada como referencia, por ejemplo estableciendo pagos con un descuento de x cantidad de dólares sobre ella. “En definitiva, más allá de lo anunciado la seguirán relojeando”, le dijo a Rosario un ejecutivo del sector con recorrido en estas pujas. Y si aparece un exportador que la vuelve a usar logrando abastecerse de maíz (que es el principal desafío de la actualidad por la sequía), seguramente el resto lo seguirá.

Si en algo coinciden ambas posturas es que el conflicto se veía venir por las distorsiones en los precios de la soja y el maíz que provocó el “dólar soja”; y en rigor el retraso cambiario que sufre la producción agroindustrial.

¿Se sumarán más exportadores? Al menos hasta el miércoles al mediodía no hubo anuncios de nuevos “fugados”. En el mercado están quienes estiman que, más temprano que tarde, todos se sumarán porque ese suele ser el accionar corporativo de los traders, pero también están los que sostienen que no habrá más porque varios exportadores tienen asiento en el directorio de la Bolsa de Comercio, y los ánimos se caldearon mucho esta mañana. Final abierto.