Ya no debería hablarse de la economía argentina sino de “las economías”, de una dualidad que eleva a sectores ganadores a debatir con qué dólar traducen sus ganancias mientras que otros no dejan de caer y perder participación en la torta. Eso explica con cifras y curvas el último informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate). "Con este nivel de inflación la economía popular o social no se sostiene”, alertaron a Rosario3.

Si bien la actividad general se desaceleró, a mayo de 2022 recuperó 30 puntos con respecto al desplome de abril de 2020 por las restricciones de la pandemia de coronavirus. Superó el nivel de diciembre de 2019 (final de mandato de Mauricio Macri) e incluso está por encima de la referencia de diciembre de 2015 (cierre de gestión de Cristina Kirchner).

“Todavía hay un 5,8% más de actividad económica que un año atrás, con prácticamente la totalidad de los sectores creciendo de forma interanual”, señala el estudio del grupo de economistas locales.

Mate

También el empleo privado refleja cifras aún positivas con respecto a los últimos años aunque con un cambio de tendencia. “Luego de nueve meses de crecimiento ininterrumpido, período en el que se crearon 257.000 empleos, en abril de 2022 se perdieron 30.000 registrados en el sector privado”, dice el informe.

Mate

Pero el problema o el drama social emerge en otro de los tópicos analizados. La curva de los salarios no deja de caer desde fines de 2015. La gestión de Macri significó un golpe duro y bastante parejo para los trabajadores. La pandemia agravó esas políticas económicas de concentración. “Actualmente, el nivel real de los salarios es 7% menor al del último año del gobierno de Cambiemos”, detalla Mate.

En el último año se profundizó una particularidad bajo la conducción del Frente de Todos. El sueldo privado registrado y el público mantuvieron su poder adquisitivo mientras que el sector informal siguió en caída. Los no registrados, monotributistas, vendedores ambulantes o quienes hacen changas son los verdaderos perdedores de este tiempo. 

Al revisar la curva desagregada del gráfico elaborado por Mate, el piso de los informales no tiene antecedente equiparable hasta 2004 y hay que irse aún más atrás para entender esa crisis subterránea.

Mate

“Esos datos son terribles, forman parte de la dualidad de un crecimiento económico con mala distribución del ingreso. Entre los sectores ganadores no están solo los empresarios, incluso hay asalariados formales que pueden reclamar o reabrir paritarias. Pero con este nivel de inflación la economía popular o social no se sostiene”, diagnosticó Lavih Abraham, economista e integrante de Mate.

El serrucho de la puja distributiva indica que en el primer trimestre de 2022 la porción de la torta apropiada por el trabajo fue dos puntos menor a la del primer trimestre del último año de Macri.

Mate

“Pienso en los cuentapropistas, monotributistas, un docente que da clases particulares o que hace talleres, o profesionales como un psicólogo o un peluquero que no  pueden aumentar sus ingresos. Hay una inflación asimétrica en su impacto”, amplió Abraham en diálogo con este medio.

Algo de esos números se traduce en la dispar reacción del debate político. La agitación de los referentes ligados a los sectores populares, como por ejemplo Juan Grabois que alertó sobre una situación dramática que podría derivar en saqueos o “sangre” en la calle, contrastan con cierta pasividad de la cúpula de la CGT. Por mencionar solo dos actores afines al oficialismo.

Aunque puede haber una caída de ingresos similar a la crisis de 2001, Abraham destacó que existe una macroeconomía muy distinta a aquella: con crecimiento, con bancos más sólidos, con programas sociales. En todo caso, se da “una combinación llamativa” de indicadores. 

La Argentina partida también se expresa en la dinámica de los gastos totales del Estado nacional. En 2018 las jubilaciones se llevaban el 52% y este año bajaron a 42%; perdieron diez puntos mientras que los subsidios crecieron.

“Lo que falta son políticas de ingreso. El Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) sirve como referencia. El macrismo dejó de actualizarlo y perdió mucho pero ahora no se recuperó tampoco. Se dejaron decisiones en manos del mercado pero ¿qué tipo de trabajo se genera, cuánto van a ganar?”, dijo Abraham y planteó medidas concretas como sumas fijas.

Otorgar un ingreso fijo de 20 mil pesos para todos y todas le puede cambiar la vida al que gana 60 mil por mes o menos y al que tiene un salario de 200 mil no tanto. Esas sumas van en su mayoría al consumo y no agregan presión al dólar, señaló el economista. Apenas una alternativa para empezar a reparar la peor de las grietas sociales: la desigualdad creciente entre pobres y ricos y también entre los (¿ex?) sectores medios.