El juez Fabián Lorenzini, quien lleva la convocatoria de acreedores de Vicentín, le extendió al grupo agroexportador ahasta el 16 de diciembre el plazo de exclusividad para negociar un acuerdo de pago de la deuda. También dispuso que tiene plazo hasta el 20 de noviembre para presentar una propuesta de pago a los acreedores de la defaulteada agroexportadora.

En septiembre vencía el plazo para presentar una propuesta, pero Vicentín pidió al magistrado que se la extiendan hasta marzo con el argumento de que necesitaba más tiempo para acordar la venta de la empresa, operación que le permitiría -argumenta- ofrecer una mejor propuesta de pago y tambien facilitar las conversaciones con los acreedores más díscolos.

Finalmente, Lorenzini no le extendió tanto el plazo, pero le dio un aire de tres meses para encaminar las conversaciones con el pool de interesados que está formado por ACA, Molinos Agro y Viterra (Ex Glencore). En rigor, las conversaciones siguen pero vienen complicadas, y hasta la propia empresa le informó a los veedores que los potenciales oferentes estaban más interesados en hacer una propuesta de fazón a largo plazo que de comprar el holding.

Para habilitar la extensión del plazo de negociación, y cumplir con los formalismos, la empresa presentó a principios de agosto una propuesta de pago con una quita del 75% a pagar en 20 años, que para los acreedores comerciales (el agro) significaba en la práctica una quita real del 96%. De hecho, la extensión del plazo también acentúa la licuación del pasivo concursado, ya que los u$s450 millones que le quedó debiendo al agro fueron pesificados a $60 cuando el dólar oficial hoy ya cotiza por arriba de $100.

La aceitera debe u$s1.400 millones de dólares a unos 1.700 acreedores. El principal acreedor es el Banco Nación (al que le debe 300 millones de dólares), mientras que -como grupo- los principales acreedores son bancos internacionales, a los que no les pagó 500 millones de dólares. Su deuda financiera se dolarizó.

Sin abrochar la venta, la propuesta de pago de Vicentín no será mejor a la testimonial ya presentada y rechazada por sus acreedores. Por eso, lo importante del plazo conseguido es que le otorga más tiempo a la defaulteada para poder concretar la venta. 

Si fracasa la negociación, se abre el proceso de "cramdown", o posibilidad de que terceros (acreedores o no) hagan una propuesta de salvataje (que en la práctica correría a los directores de la empresa). Fracasada esa instancia, la quiebra es el paso siguiente.