La exportadora rosarina de granos Díaz y Forti, que venía operando a fazón en la planta de Vicentín en San Lorenzo, se presentó en convocatoria de acreedores.

El concurso de la empresa, que es parte del llamado Grupo Olio, cayó en el juzgado civil y comercial número 7 a cargo de Marcelo Quiroga.

La empresa no estaba operando desde diciembre porque, a pedido del Banco Central, el Ministerio de Agricultura de la Nación la había suspendido por inconsistencias en la liquidación de exportaciones.

Mientras que el Banco Central la acusaba de deber 450 millones de dólares, la firma –que reconocía el retraso en el ingreso de los dólares- aseguraba que el monto no llegaba a los 200 millones de dólares.

La novedad de su convocatoria alteró esta mañana el mercado de granos. No obstante, Díaz y Forti y asegura que la empresa no tiene deuda con productores y acopiadores a los que le compraba granos. Es más, contabiliza 30 mil toneladas de granos almacenados que podría exportar si estuviera habilitada.

En materia de deuda comercial, contabiliza unos 40 acreedores menores por servicios y liquidaciones finales, que -asegura- no superan los 30 mil pesos y promete abonarlos en los próximos días.

Por el lado de las operaciones a futuro en el Matba-Rofex, la empresa no tiene posiciones abiertas ni tiene pendiente entrega y recepción de granos.

Es que luego de que fuera suspendida por primera vez (luego fue rehabilitada hasta su suspensión final), el Matba-Rofex la apuró para que liquide sus negocios a futuro abiertos.

Con respecto a las operaciones con entrega futura, como ya estaban caratuladas, se le pidió que liquiden las diferencias de precios con el vendedor para que éste pueda redireccionar la entrega de granos a otros compradores.

Es por eso que a la hora de anunciar su default, no tiene ningún negocio abierto con ellos. Si bien el caso muestra la fortaleza de los procesos institucionales del mercado a término, también es cierto que el Matba-Rofex pierde ahora un jugador de importancia ya que Díaz y Forti venía operando fuerte el año pasado.

Encapsulado, según aseguran, el impacto comercial del defult, el grueso de la deuda es con Afip, Banco Central y con los acreedores externos.También tienen deudas financieras con mutuales con las que sus accionistas mantienen históricos lazos.

En Díaz y Forti saben del costo que tiene presetarse en default ante bancos extranjeros, pero esperan minimizarlo habiéndo avisado con tiempo y porque, aseguran, presentarán una propuesta de pago sin quita y con plazo corto. 

Según aseguran desde la concursada, la empresa va a convocatoria luego de no encontrar margen de negociación en el Banco Central y el Ministerio de Agricultura para acomodar su situación en materia de liquidaciones de exportaciones, luego de 45 días de gestiones sin resultados mientras acumulaba pasivos por estar parada. La empresa asegura que tiene 200 millones para abonar en un corto plazo y que así se lo hizo saber al Banco Central.

La estrategia de la empresa es que el juez, mientras dure el proceso, la habilite a volver a operar en el mercado. Si así lo hace, sostienen, recuperarán giro comercial y podrá generar ingresos para afrontar sus compromisos; todo bajo administración judicial y con un proceso transparente. Volver a trabajar también les permitirá dejar de acumular deudas. Es que la empresa, tras 70 días parada, tiene 6 barcos cerealeros pendientes de carga y cada día de demora tiene un costo millonario.

Para la exportadora, la convocatoria también servirá para que el juez dirima la discordia con el Banco Central sobre el monto de la deuda en liquidación de divisas.

Finalmente, en Díaz y Forti aseguran que apuestan a un proceso judicial rápido, que dure un semestre, y si la Justicia lo deja volver a operar calculan que podrán pagar el 100 por ciento de la deuda sin quita, sólo pidiendo plazo.