El gobierno de Santa Fe finalizó el 2022 con un superávit de 32.000 millones de pesos, casi 60 veces más que el saldo positivo que consiguió en 2021 cuando se había quedó con  295 millones de pesos a favor en las cuentas.

Según los números que publicó la Secretaría de Finanzas e Ingresos Públicos de la Provincia, el año pasado la Casa Gris ejecutó gastos por $1.232.629 millones mientras que los recursos que ingresaron llegaron a los 1.200.087 millones. 

Si bien, al comprar con 2021, la administración de Omar Perotti gastó un 92 ciento más, terminó con superávit porque al mismo tiempo los ingresos le subieron 99 por ciento. Y al sumarle la marcha de la inflación, el nivel de gastos creció por debajo, mientras que los recursos le subieron por encima del aumento del costo de vida,

"Los factores que lo explican son básicamente dos. El primero es que en 2022 Santa Fe empezó a cobrar la deuda nacional por los fallos de la Corte. Y el segundo es que  en 2022, el gobierno provincial siguió ajustando la inversión", señaló el ex ministro de Economía de Santa Fe, Gonzalo Saglione.

Por la deuda derivada de los fallos de la Corte, el gobierno  recibió $32.103 millones en 2022 (neto de coparticipación a municipios). De ese monto, invirtió $1.134 millones.

"El gasto de capital (inversión pública provincial) se ubicó muy por debajo de los niveles de la anterior gestión, tanto en términos absolutos como en su participación en el total del presupuesto", advierte el ex funcionario.

Según muestra Saglione, el año pasado los gastos de capital crecieron 103 por ciento %, pero siguen representando un porcentaje menor a lo que fue la gestión de Miguel Lifschtiz, que en 2018 llegó a 12 por ciento contra el 7,5 por ciento actual.

"En 2022, el gobierno pensaba ejecutar gastos corrientes por $627.754 millones. Gastó un 76% más que eso. Por cada $ 100 que tenía presupuestados para erogaciones corrientes, gastó $ 176. Como contracara, por cada $ 100 que tenía para invertir, sólo ejecutó $ 79", resalto el ex funcionario socialista.

"Para quienes priorizan el superávit público, se trata de un buen resultado financiero. Para quienes creemos que Santa Fe puede tener mejor seguridad, educación, salud, más obras y servicios, etc., se trata de una nueva oportunidad perdida", concluyó Saglione.

El superávit fiscal, una política que tiene como ejecutor al ministro de Economía Wlater Agosto pero promotor al propio gobernador Omar Perotti, es celebrada en la Casa Gris porque entienden que le permitió superar las crisis -como el Covid- sin sobresaltos. También destacan que les permitió honrar los pagos de las deudas qe heredó de la gestión de Lifschtiz sin caer en default como la mayoría de las provincia argentinas.

No obstante, al ala política dl gobierno le cuesta defender en público semejante superávit frente a la crisis de inseguridad (que expone la falta de equipos, tecnología y personal en las fuerzas), mientras que los funcionarios de Hacienda tuvieron como norma en esta administración esquivar al máximo su contacto con la prensa, sobre todo la rosarina.