Daniel Casanovas, el financista rosarino imputado por estafa y administración fraudulenta en el marco de la caída de su grupo empresario en 2019 y que días atrás fue sacado a los golpes de un restaurante de la localidad salteña de Las Lajitas, presentó una propuesta de pago con una muy fuerte quita real.

En líneas generales, tras pesificar toda su acreencia (los granos que dejó sin pagar o los dólares que recibió para operar financieramente) propuso pagar hasta 100 mil pesos en efectivo y el resto lo abonará en seis cuotas actualizadas a baja tasa de interés. La propuesta de pago en el marco concursal ya fue adelantada a sus acreedores pero todavía no presentada en Tribunales.

Es más, según averiguó Rosario3, el hombre que lo golpea en el video es uno de los productores agropecuarios acreedores de Casanovas que recibió de muy mala gana la propuesta de pago ya que le había quedado debiendo unos dos millones de dólares.

La cerealera de Casanovas, llamada CDS y que operaba fuerte en el norte argentino y que también canalizaba inversiones para ganadería, dejó sin pagar unos 500 millones de pesos (a valor de 2019). La empresa terminó en convocatoria de acreedores y ahora, con la firma de sus abogados Lucas Hadad y Gloria María Torresi, presentó la siguiente oferta de pago:

x) Acreedores Quirografarios inferiores a $100.000: Pagará en una cuota a los cuatro meses de homologado el acuerdo.

x) Acreedores Quirografarios superiores a $100.000: Pagará todo (sin quita nominal) en pesos seis cuotas semestrales actualizadas por tasa pasiva promedio del Banco Nación.

En este caso, la quita real sobre los acreedores opera al pesificarse la acreencia de inversores (en fideicomisos ganaderos) que invirtieron dólares y en los productores cuyos granos cotizan en dólares. Por caso, al productor que lo agredió le dejó debiendo dos millones de dólares que ahora pasaron a pesos.

La oferta de Casanovas
La oferta de Casanovas

El grupo diversificado que lideraba Casanovas fue el segundo de la tanda de empresas agrofinancieras que cayó en 2019. Lo hizo hacia agosto de ese año dejando un tendal calculado en torno a los mil millones de pesos.

La crisis de Casanovas arrancó con el default de su agro-ganadera Cereales del Sur (CDS), de fuertes operaciones en el norte argentino, que dejó impagos granos que había recibido en condición a fijar. Tampoco devolvió los fondos que tomó de terceros para su Fideicomiso Ganadero Norte dedicado al engorde de ganado.

Pero rápidamente su cesación de pagos se extendió a su agencia de Bolsa (CGV), con oficina en el centro de Rosario, y a su financiera extra bursátil (Rosario E-Trader), también con base en la ciudad. Además, tenía otra empresa financiera “Daniel Casanovas. y Asociados S.A” que tampoco abonó sus compromisos.

Sus operaciones fueron suspendidas por los Mercados y comenzaron negociaciones particulares con sus clientes en busca de acuerdos privados de pago. Sin acuerdos, todo terminó en la Justicia.

La cerealera CDS fue a convocatoria de acreedores por un rojo de 450 millones de pesos a valores de 2019, sólo en lo que hace al negocio de granos. Y es que también hay muchos transportistas a los que nunca les pagó servicios prestados por fletes desde Salta a los puertos de Rosario. Además, incumplió compromisos de su fideicomiso ganadero, redodeando un pasivo de más de $500 millones de pesos.

Por el lado de CVG, tenía emitido 150 millones en cheques garantizados con warrants de granos y allí la fórmula que encontró fue el armado de un fideicomiso (con uno de sus campos de garantía) y a los que adherían les iba pagando (con fuertes quitas) en cuotas lo cheques no cubiertos.

Pero el costado más complejo vino por sus negocios extra bursátiles, en los que tomaba dinero de clientes para trabajarlos a cambio de una renta. Allí se combinaron tanto operaciones en blanco como transacciones blue. En ese segmento su deuda total se calculó en torno a los 300 millones de pesos a valor de 2019.

En ese segmento tejió acuerdos privados de pago para devolución en cuotas. Pero ya antes de la pandemia entró en un segundo default ya que dejó de abonar esos compromisos, encendiendo más la bronca de sus ahorristas. Sobre todo porque los abogados dejaron hasta de contestar las llamadas de los inversores. Con ese grupo también hay grandes inversores con los que no pudo convalidar acuerdo ya que las garantías que ofrece no convencen.

Fue así que empezó a acumular, además de reclamos civiles, denuncias penales por parte tanto de sus clientes financieros como de clientes agropecuarios, quienes aseguran que su caída no fue por la crisis financiera del país que estalló en 2018 y negocios agropecuarios que no salieron como se esperaba (que fueron siempre sus argumentos) sino que, en realidad, fue una gran estafa de Casanovas.

A mediados de 2021 el fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Miguel Moreno, lo imputó por estafa, administración fraudulenta y violaciones a la reglamentación del warrant. El fiscal lleva adelante la investigación que tiene como querellantes a unos diez clientes del grupo con un perjuicio a los clientes de 4 millones de dólares.

En el frente penal, la novedad es que Moreno prepara nuevas imputaciones (tres o cuatros nuevos hechos), según averiguó Rosario3.