La Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario convocó para el viernes a las 11 a una reunión multisectorial tras la decisión de los exportadores Cargill y ADM de dejar de utilizar los valores de Pizarra que elabora la entidad como referencia para la fijaciones de precios en sus operaciones, asestándole así un duro golpe a la credibilidad de una de las principales herramientas institucionales que tiene el comercio de granos.

Si bien las empresas son soberanas a la hora de decidir qué precio utilizar de referencia para sus negocios, lo que molestó en el ambiente cerealista fue la forma en que ambas firmas comunicaron la decisión de abandonar la pizarra: un escueto whatsapp de dos líneas enviado a los operadores sin explicación y argumentación alguna.

En efecto, el sector agroexportador que en las negociaciones con el gobierno nacional a través de la entidad que representa -Cámara de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC)- vive bregando por la institucionalidad y la estabilidad en la reglas de juego, cuando se trata de sus negocios toma una decisión que afecta las instituciones privadas del sector cerealista sin aviso, consulta previa y por un simple whatsapp.

Y es que, precisamente, hasta ayer no había llegado explicación oficial a la Cámara y a la Bolsa sobre las razones de la salida de ambas empresas. Por los trascendidos, lo hicieron en rechazo a que los precios de Pizarra de maíz y soja están inflados (según ellos de manera artificial) por operaciones realizadas en el mercado a término (con entrega corta), y eso le encarece las compras que hicieron a un valor a fijar, precisamente, sobre los precios que define diariamente la Cámara Arbitral.

¿No deberían haber los exportadores presentado el tema en la Cámara Arbitral, en la que están representados todos los sectores del comercio, y pedir revisar lo que estaba ocurriendo en vez de retirarse intempestivamente? ¿No deberían haber pedido que se analice dejar de ponderar para elaborar el precio de referencia a las operaciones de futuros? ¿Por qué Cargill y ADM? ¿Qué opinan el resto de los exportadores? ¿No tendría que haberse pronunciado antes sobre el tema Ciara-Cec? ¿O será que en el sector exportador no creen en esas entidades deliberativas cerealistas y por eso, cuando se trata de negocios, actúan por fuera? ¿O será que hay un convencimiento en el sector exportador que las Cámaras ya quedaron vetustas y no se necesitan más? Preguntas que se hicieron ayer referentes institucionales del mercado.

Es que la diferencia de precios entre el mercado spot y el futuro corto viene siendo tema de conversación en el mercado de granos. Y es que acopios de fuerte poder de fuego (englobados en la jerga como, “compradores no tradicionales”) como los de Zeni, Grassi y ALZ (entre otros) están operando valores (vía el mercado a término) superiores a los que ofrecen los exportadores en el disponible y por eso, además de obtener volumen (en un marco de poca cosecha y escasas ventas), terminan inflando el valor de la Pizarra y por ende encareciendo el costo de las fijaciones de los “compradores tradicionales”. Y los problemas estallaron ahora porque el nercado a termino se disparó (el que necesita el Maiz paga lo que sea) y la pizarra tiene el 40% del término en la conformacion del precio.

Una hipótesis de las razones de la diferencia de precios hace mención a que los compradores “no tradicionales” aprovecharon durante las ediciones del "dólar soja" para vender soja con entrega diferida que no tenían guardada (usufructuando el tipo de cambio diferencial) y que luego tuvieron que salir a comprar. Y como hay poca mercadería (por la seca y porque el productor ya vendió con el dólar soja) sólo la pueden obtener pagando bastante más en el mercado de futuro extendido. Esa jugada (que reportó buen negocio a esos operadores porque vendieron a un tipo de cambio mejor al que compraron) habría hecho subir la Pizarra en las fijaciones a pagar por los exportadores “tradicionales” que pusieron el grito en el cielo.

Con el maíz, en tanto, se especula que la distorsión también es un daño colateral del efecto Dólar Soja, sumándole la necesidad de muchos compradores no tradicionales de abastecimiento para poder cumplir compromisos de entrega tomado con los exportadores tradicionales. Y es que en rigor, la mayoría de los compradores no tradicionales (bajo formato de corre-acopio o no) termina vendiendo (a nivel mayorista y con otros valores por ese volumen) el grano a las grandes industrias y exportadoras, usando sólo un saldo menor para exportación o industrialización directa. 

Mientras que para los exportadores de esa forma se está inflando artificalmente la Pizarra, para productores y acopiadores -por el contrario- son los exportadores los que están bajando artificialmente el mercado disponible porque cerraron con anterioridad exportaciones a un maíz más barato del precio mayor que, por la seca, ahora cotiza. El valor real del maìz es el del mercado a término y por eso ahí aparece el volumen, sostiene esta postura.

Coletazos institucionales

Como sea, ayer en uno de los tantas conversaciones entre operadores, se recordó que no es la primera vez que la conducción comercial regional de Cargill -que tiene como cara visible a Pablo Scarafoni- muestra los dientes de manera intempestiva en la Bolsa, quedando muy lejos, sostenían, el manejo que tenía cuando la presidía Hugo Vázquez, un cerealista de larga trayectoria en el fortalecimiento de las instituciones del comercio cerealista.

Ayer, el presidente de la Bolsa, Miguel Simioni, citó al titular de la Cámara, Julio Roldán, para analizar el tema. El mensaje de la Bolsa, como entidad madre, fue que la discusiones sectoriales se deberìan zanjar por los carriles institucionales correspondientes y con todas las argumentaciones y formalidades que un tema serio demanda.

Esta mañana, el titular del Centro de Corredores de Rosario, Daniel Boglione, convocó a una reunión para unificar posturas de cara al encuentro del viernes en la Cámara. Por el lado del acopio, ayer fue un día de catarsis entre los directivos de la Gremial de Acopiadores con duras críticas a la exportación, mientras que hoy buscarán formalizar alguna postura institucional.

La decisión de Cargill y ADM fue mal recibida en el sector de la producción, que tienen asiento en la Cámara Arbitral. Puntualmente, recordaban una reunión de hace algo menos de un mes cuando la exportación -con Cargill a la cabeza- pedía a los chacareros que, pese a la sequía, honren los contrato de trigo que se comprometieron a entregar y ahora, cuando respetar la institucionalidad amerita el esfuerzo de los compradores, “se llevan la pelota”.

"Cero ventas a Cargill y a ADM.Nada de nada. Hay otros exportadores que no se creen el ombligo del mundo. Digamos BASTA a estas patoteadas de energúmenos. Sr productor consulte al acopiador/cooperativa de su zona y va a ver que le conviene. !No permita q le metan la mano en el bolsillo !", publicó en su cuenta de twitter el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara.

Precisamente, el papel de la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario en estas escaramuzas también quedó bajo escrutinio. Es que luego de la implementación del dólar soja en septiembre (y sobre todo con la edición de diciembre) se veía venir que la intervención del Estado generaba todo tipo de distorsiones en el mercado y no se generaron instancias de diálogo para ver cómo sobrellevar la situación. Semejante morosidad es la que le dio curso ayer a las hipótesis de que la conducción de Roldán (AGD) parecía actuar más a pedir de la exportación que del conjunto de los actores.