La delegación Rosario Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) alertó este jueves que constructoras y proveedores se quedaron sin stock de arena y que la paralización de la obra pública "se dará en la brevedad". También advierten que las hormigoneras no entregan su producto desde hace varios días. "Cada obra paralizada deviene en personal inactivo, que pone en peligro el mantenimiento de la fuente de trabajo", advierte la entidad en un comunicado en el que expresa su "profunda preocupación por el faltante de arena, ante el conflicto sindical entre las Cámaras empresarias y los sindicatos que lleva ya varias semanas, y ha paralizado la distribución del insumo esencial de nuestra industria".

El martes, la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Santa Fe (AEV) advirtió anunció que por falta de abastecimiento de insumos están frenando obras y suspendiendo trabajadores. Y el miércoles, Rosario3 pubicó que los sindicatos de marineros (Somu) y de conductores y maquinistas navales (Siconara) mantienen desde hace 15 días un paro en reclamo por mejoras salariales en las empresas areneras que complica el abastecimiento de arena en toda la región.

"La Construcción es la más alta demandante de mano de obra en la amplia gama de calificaciones que se pueda comparar con respecto a otras industrias. Seguramente será el motor de la reactivación a la brevedad; de hecho, ya se están notando alzas en los consumos de materiales esenciales, hierro, cemento, asfalto, aluminio, vidrio, y lógicamente arena, factores clave de la obra pública y privada", señala el comunicado de Cámara de la Construcción (Camarco).

"En ese contexto, alertamos que se ha paralizado la provisión de los despachos de arena, un insumo clave de la cadena de valor de nuestra industria, ocasionada por un conflicto salarial cuyo reclamo no tiene ninguna cercanía con nuestra industria. Esta situación genera perjuicios que exceden largamente lo económico, tanto para para los proveedores que se ven imposibilitados de entregar dicho material, o los constructores, paralizadas las tareas en obras", advierte la entidad.

En efecto, luego de más de 10 meses paralizada porque la administración suspendió los pagos para revisar presupuestos heredados del socialismo y de paso hacer caja, en noviembre se empezó a reactivar, aunque todavía tímidamente la obra pública provincial. Es por eso que este conflicto puede abortar justo la recuperación que asomaba.

Los sindicatos están reclamando una actualización salarial correspondiente a 2019 que se fue demorando y hace 15 días iniciaron una huelga. Las empresas aseguran que no están en condiciones de afrontar subas del 51% del básico y del 30% de los plus, como reclaman los dos gremios. La areneras, están trabajando a full con 100% de ventas y fuerte suba de precios. En el Gran Rosario operan unas 10 areneras, de las cuáles tres son las que más tallan.  Todas se abastecen del material que extraen con barcos propios o contratados del río. Es por eso que el paro del personal de las embarcaciones las dejó sin actividad en el acondicionamiento y fraccionamiento. Y en la medida que el stock en los depósitos de las areneras se acabó, empezaron a registrarse problemas de abastecimiento de un insumo fundamental para la construcción.

La falta de arean se empezó a sentir rápido en el mercado porque los corralones y constructores que compran directo en cantidades mayoristas no suelen trabajar con mucho stock propio en sus galpones ya que tiene las areneras al borde del río que los abastecen con fluidez inmediata. Y eso por eso que un paro de 15 días los dejó rápidamente con faltantes, sobre todo cuando hay alta demanda por todo tipo de obras civiles.

Rosario3 viene dando cuenta de la falta de materiales e insumos para la construcción, que se agudizó en los últimos dos meses. Las razones que se esgrimen son las siguientes:

1) Muchas plantas que fabrican insumos están trabajando a media máquina por casos de covid o gente con licencia por tener edad de riesgo o estar aislados por haber tenido contacto con infectados.

2) Muy fuerte aumento de la demanda. Eso ocurre porque mucha gente se largó a construir, refaccionar o ampliar. Es que quienes no sufrieron un fuerte impacto económico por la pandemia se encontraron con un sobrante de pesos (ya que gastan menos en esparcimiento y turismo) y ante el cepo al dólar se volcaron a invertir en ladrillos.

3) Problemas puntuales como un paro que hace más de una semana tiene paralizada a las areneras, la escasa obra pública que genera menos movimiento de tierra que es el principal insumo para la fabricación de ladrillos o el ingreso lento y encarecido de insumos importados.

4) La suba del dólar y la inestabilidad cambiaria que genera suba de precios o un excesivo stockeo en toda la cadena de producción y comercialización en busca de no perder poder de compra al momento de tener que reponer la mercadería que vendió. 

5) Maniobras de especulación de los grandes formadores de precios, como el en acero y el cemento aprovechando que sólo hay un pequeño puñado de proveedores.