Los sindicatos de marineros (Somu) y de conductores y maquinistas navales (Siconara) mantienen desde hace 15 días un paro en reclamo por mejoras salariales en las empresas areneras que complica el abastecimiento de arena en toda la región.

En efecto, los corralones están prácticamente sin stock de arena por la falta de abastecimiento. El martes, la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) anunció que por falta de abastecimiento de insumos están frenando obras y suspendiendo trabajadores.

En el gran Rosario operan una decena de areneras, entre las cuáles hay tres grandes firmas que son las que mueven el mercado. Todas se abastecen del material que extraen con barcos propios o contratados del río. Es por eso que el paro del personal de las embarcaciones las dejó sin actividad en el acondicionamiento y fraccionamiento. Y en la medida que el stock en los depósitos de las areneras se acabó, empezaron a registrarse problemas de abastecimiento de un insumo fundamental para la construcción.

La falta de arean se empezó a sentir rápido en el mercado porque los corralones y constructores que compran directo en cantidades mayoristas no suelen trabajar con mucho stock propio en sus galpones ya que tiene las areneras al borde del río que los abastecen con fluidez inmediata. Y eso por eso que un paro de 15 días los dejó rápidamente con faltantes, sobre todo cuando hay alta demanda por todo tipo de obras civiles.

Como el paro sindical tiene alcance desde Puerto Gaboto (Santa Fe) hasta Baradero (Buenos Aires) para conseguir arena hoy los mayoristas deben viajar a unos 300 kilometros de Rosario para comprarla, pero no siempre cierra el número por el alto costo del flete que ese viaje implica. Además, tampoco sobra arena fuera de la zona.

En diálogo con Rosario3, Fernando Zoppetti, dirigente del Somu, explicó las razones del conflicto con las empresas reunídas en la cámara de Arenas y Piedras del Litoral. "Somos un sindicato peronista. No queremos generar problemas a la economía y buscamos contribuir a la rectivación del país, pero tenemos que representar los intereses de nuestros afiliados y por eso tuvimos que ir a la huelga por la falta de actualización salarial", resaltó. El gremio espera ahora una convocatoria del Ministerio de Trabajo de la Nación.

"Nosotros siempre negociamos paritarias contra el año vencido. No creemos en la paritaria hacia adelante porque no hacemos futurología. Es por eso que luego de un 2019 con una inflaciónd el 51% empezamos a pedir una cifra de aumento similar. En diciembre nos dieron un 15% para seguir conversando y cerrar en el primer semestre de 2020, pero luego -y pese a nuestros reclamos- las empresas esquivaron las reuniones y recién nos volvimos a sentar a negociar en julio", señala el Zoppetti, quien aclara que el trabajo del sector no se paró en cuarentena. "Ese destrato no contribuyó para nada. Tendríamos que habe cerrado paritaria en marzo y ahora estámos en noviembre tratando de cerrar el año pasado", se quejó.

Lo cierto es que recién en julio se retomaron las conversaciones, pero las partes no pudieron redondear un número con rapidez. "Nos querían dar dos aumentos del 12% en el básico, pero no podemos aceptarlo más cuando las empresas están vendiendo a full desde hace varios meses, con demanda en alza y trabajando con dos turnos", resaltó el sindicalista. Tampoco fue fácil acordar el aumento en el plus que cobran marineros y maquinistas por hacer más cantidad de viajes.

Cuando las conversaciones en octubre parecían empezar a cerrarse, el gremio reclamó un retroactivo de entre 80 y 90 mil pesos por las demoras en cerrar el aumento y fue ahi cuando las empresas se levantaron de la mesa y el diálog se cortó.

Los gremios fueron al paro y las conversaciones para levantarlo hasta ahora no fueron fructífieras. Incluso, las empresas -que resaltan que el salario final del personal ya está entre 130 mil y 150 mil pesos sumando básicos y extras- deslizan que por el impacto del paro en el negocio no van a estar en condiciones de reconocer ni las cifras que más o menos estában acomodando antes de la huelga (una suba del 50% en el básico y del 30% en el plus).

"A nosotros el paro también nos cuesta. Si no hay viajes los ingresos de los trabajadores bajan mucho", concluyó el dirigente del Somu, quien aprovechó para reclamar también "por mejores condiciones laborales, ya que las embarcaciones están en mal estado complicando seriamente el trabajo y empeorando las condiciones de seguridad".